En contexto económico difícil, con problemas de asimetrías con los países limítrofes, con dificultades en el sector agrario y forestal el gobernador Hugo Passalacqua dio su primer mensaje de Estado en la apertura de las sesiones ordinarias de la Cámara de Diputados. Con un discurso moderado resaltó la identidad misionera y marcó la diferenciación de Misiones con respecto a las oleadas de ajuste y recortes que llegan de la Nación, gobernada por Mauricio Macri.
Ejemplo claro de ello es la insistencia de Passalacqua de estar cerca de la gente demostrando un estado presente, en su discurso expresó como la obsesión de su gobierno y desafío la creación y el sostenimiento del empleo, con una mirada que ratifica la continuidad del estado presente a favor de quienes menos tienen. En esa dirección, anunció la creación de la Caja de Créditos y Fomento para emprendedores que necesiten un apalancamiento de recursos para poner en pie sus proyectos.
También destacó la solvencia financiera y el desendeudamiento de la Provincia que permite hoy asumir el desafío de las vacas flacas con una capacidad de negociación mucho más amplia. “La cosa no está fácil, lo sabemos todos”, admitió en referencia al ajuste emanado por la Nación y la disminución de los recursos federales. Como consecuencia, reiteró que Misiones podría volver al mercado de capitales siempre y cuando las ofertas sean convenientes.
“Este gobierno asumirá con responsabilidad estos nuevos desafíos, acudiendo a varias fuentes si es que fuera necesario, haciendo un uso austero, racional y ordenado de dichos recursos que nunca, en ningún caso, serían destinados a gastos corrientes que dilapidan tamaño esfuerzo, sino a inversiones que nos ayuden a generar trabajo y progreso real para la gente. Justamente la capacidad de habernos desendeudado cuando pudimos hacerlo es lo que nos permite hoy explorar esta alternativa. Tal vez no haga falta, tal vez no los usemos nunca, pero saber que esa posibilidad existe nos permite soñar sin sacar los pies de la tierra”.
Passlacqua dio una definición clara de la dirección de su gobierno al señalar que “No soy de los posmodernistas que apuestan a las deconstrucciones y posteriores construcciones, no todo lo que pasó está mal ni todo lo que hacemos es perfecto. Como tampoco creo que desde la oposición, lugar que ocupé, deba verse al oficialismo como una especie de bacanal que la erra todas ni desde el oficialismo ver a la oposición como una entidad que obstruye por obstruir. Hay que escuchar, siempre. No aspiramos a ser dueños de nada pero si permítannos ser consecuentes con nuestras convicciones así como respetamos la de todos”, afirmó. Pero para no sentarse a esperar las buenas nuevas, ratificó la puesta en funcionamiento de la Caja de Créditos y Fomento para emprendedores. “Hay mucha energía al interior de la sociedad misionera, solo hay que darles la posibilidad de salir adelante. Un empujoncito eficaz y acorde a estos tiempos. Supimos hacer el Pro Valor para salir de momentos de crisis lejanas. Esta es la misma senda”, comparó. La Caja tendría un financiamiento inicial de 500 millones de parte del Estado provincial y la posibilidad de la participación de la banca privada para ofrecer créditos a una tasa inferior a la que se consigue hoy en el mercado financiero.
Passalacqua indicó que la creación del ministerio de Industria es una clara muestra de la voluntad del Gobierno de respaldar y apuntalar el crecimiento de este sector. “Vamos a fomentar el sector promoviendo competitividad y agregación de valor, estamos desarrollando un plan industrial en conjunto con los sectores públicos y privados para darle respuestas concretas y reales a los jóvenes”.
En el actual contexto económico es muy difícil gobernar, por lo que el ingenio y la iniciativa serán claves y fundamentales no solo para el gobierno provincial, sino también para los intendentes.
Duele tanta sinceridad económica
Hoy día muchas de las medidas económicas que se aplican tienen el justificativo de que era necesario el sinceramiento de la economía, con la idea que todos entendamos que es necesario y para nuestro bienestar, intentan convencernos de que ello es así. Y en realidad pagábamos una tarifa baja de energía, de agua, de gas, de los combustibles entre otras tantas cosas que conforman la canasta familiar básica. Pero esos recursos que antes venían de las retenciones a las cereleras, a la minería, a las exportaciones e importaciones y que beneficiaban a los sectores trabajadores y a otros tantos más, hoy día el actual gobierno nacional decidió que esos recursos deben estar en manos de las grandes empresas, a las que antes le sacaba una porción de sus enormes ganancias, y no en manos de los sectores asalariados.
A muchos les golpea una realidad que fue impensada durante la campaña electoral, dado que las asignaciones de los recursos hoy tienen otra orientación político económica. El gobierno, más allá de sus promesas preelectorales, no logra detener la inflación, que este mes fue del 7 por ciento, no cede y el gobierno nacional apunta que para el segundo semestre comience a ceder la inflación por efecto de la caída del poder adquisitivo en su nivel más bajo. Y tampoco se cuenta con un organismo como el INDEC, que fuera muy criticado, para que brinde los datos de la inflación y el desempleo.
El gobierno nacional sabe de la caída en el consumo y que a mucha gente no le alcanza el dinero para llegar a fin de mes. Sabe de los despidos y de la inflación, pero es su modelo político económico que la mayoría de la gente aprobó con su voto, confiando en un cambio para su mejor bienestar.
La semana pasada los sectores gremiales junto a los trabajadores dieron una muestra contundente del descontento social, que el gobierno deberá tomar nota. Pero sin embargo sigue justificando sus medidas en el sinceramiento de la economía e insistiendo en forma permanente que lo que hoy ocurre en materia económica es producto de los 12 años del Kirchnerismo, cuando en verdad es fruto de las medias y decisiones económicas tomadas desde el 10 de diciembre. Es obvio que cambió el rol del estado, que intentaba mantener a niveles altos los ingresos de los sectores asalariados para sostener el consumo interno y con ello sostener el nivel de empleo y aumentarlo en lo posible. La quita de los subsidios que muchos criticaban, hoy se dan cuenta que formaban parte de sus ingresos.
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