Adriano tenía una carpintería y una mueblería y la sucesión de crecidas golpeó su fuente laboral. Pide un préstamo al Estado.
Desesperado ante la pérdida de su fuente laboral debido a las reiteradas inundaciones que golpearon esta ciudad, Adriano Vargas (33) decidió encadenarse frente a la Catedral San Antonio a manera de reclamo por algún tipo de asistencia que le permita recuperar su emprendimiento.
La sucesión de crecidas golpeó directamente a su carpintería y fábrica de muebles, ubicada sobre calle Mar del Plata 20, a metros de la Avenida de las Américas, uno de los sectores más afectados por las inclemencias del tiempo de los últimos meses.
En diálogo con El Territorio, Vargas precisó que en los últimos tres años su emprendimiento quedó cinco veces bajo el agua, generando enormes pérdidas materiales.
“Entre maquinarias, material y deudas anteriores que no pude pagar, calculo que perdí alrededor de 220 mil pesos. Hoy tengo la carpintería cerrada, en mi casa tengo todos los servicios cortados y ya no sé a quién recurrir, por eso tomé la decisión de encadenarme. Capaz así alguien se apiada y me da una mano”, comentó.
La semana pasada, el carpintero se entrevistó de manera formal con autoridades del municipio, quienes habrían reconocido que por el momento no están en condiciones de ayudarlo financieramente.
“Incluso me dijeron que no tienen ni para el combustible de todos los vehículos de la Municipalidad, así que menos para ayudarme a mí”, indicó apesadumbrado.
En tanto, reconoció que en los últimos meses tuvo que tomar varios préstamos para solventar las pérdidas que ocasionaron las sucesivas crecidas.
Al respecto, comentó que “después de la crecida del 1 de enero tuve que pedir un préstamo que todavía no terminé de pagar y el 10 de noviembre otra vez perdí todo por otra crecida. Por eso lo que pretendo es que me den un préstamo, no que me regalen la plata. Quiero seguir trabajando, sólo eso”.
En ese sentido, se mostró preocupado en cumplir con los clientes que le habían pagado para realizar algún tipo de trabajo que quedó inconcluso.
“Lo que se perdió en material es plata de los clientes porque trabajo con seña y ahora tengo que reponer de alguna manera. Aparte de las herramientas de trabajo y motores que no sirven más”, agregó.
Por otra parte, lamentó que durante años los vecinos de la zona reclamaron mejoras para evitar anegamientos o minimizar sus efectos, para lo que se debería ampliar el cauce del arroyo y mejoras los sistemas de desagote.
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