El último balance arrojó un pasivo de 247 millones de pesos. “El Estado tiene que asumir el compromiso por los daños”, subrayó el síndico saliente Héctor Chemes.
La reciente Asamblea General Ordinaria de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo) arrojó un dato que encendió todas las alarmas: el pasivo de la entidad asciende a 247 millones de pesos.
La situación es tan crítica, que el síndico saliente Héctor Chemes reconoció la necesidad de un aumento tarifario o la urgente asistencia del Estado provincial para evitar el derrumbe de la institución.
En conferencia de prensa, consideró que “es una inequidad que el Estado nos obligue a prestar un servicio sin el ajuste de tarifas necesario y sin la compensación real, lo que hace que los obereños soportemos, a través de la cooperativa, estas pérdidas que se traducen en un mal servicio y la falta de inversión”.
Por ello, sin medias tintas, Chemes subrayó que “el Estado tiene que asumir el compromiso por los daños que ha generado. Creo que va a llegar el momento en que tendrá que asumir los compromisos por todos estos años en los cuales se generó endeudamiento y complicaciones”. Incluso, cuestionó un diferencial tarifario del 45 por ciento del agua potable con relación a la Cooperativa de Eldorado, lo que representa casi 8 millones de pesos menos en la facturación de la Celo. En consecuencia, remarcó que “o se logra la intervención del Estado como apoyo, o en el corto plazo a la Celo no le será fácil atender las obligaciones que tiene”.
Sin dudas, el reconocimiento de la cruda realidad por parte del síndico no hizo más que transparentar una situación financiera que los socios sufren a partir de serias deficiencias en la prestación de los servicios básicos de agua potable y energía eléctrica, ya que a diario se registran cortes y molestias. De todas formas, en medio de la grave crisis financiera los consejeros se aumentaron un 30 por ciento sus dietas.
Todo en rojo
En el detalle de la memoria y balance -período agosto 2014/julio 2015-, el síndico hizo una clara diferenciación entre la actual gestión y sus antecesores, quienes dirigieron la entidad hasta diciembre del año pasado.
Explicó que el período enero-julio 2015 se redujeron en un 40 por ciento los resultados negativos de la cooperativa, aunque siguen siendo altos con un total deficitario superior a los 240 millones de pesos.
Asoció la deuda con “las pésimas administraciones anteriores”, las cuales derivaron en un estado financiero alarmante y difícil de sobrellevar. También apuntó sus críticas a la regulación de las tarifas por parte del Estado.
“Sin una tarifa lógica no va a poder existir jamás la prestación de un servicio razonable y mucho menos inversiones”, remarcó.
Y agregó: “En el segundo semestre donde estuvo trabajando a pleno nuestra gestión -enero/julio 2015- se notó una baja de alrededor del 40 por ciento del déficit acumulado que traía la cooperativa. Si eso lo traducimos a números es muy malo, pero si la traducimos en una actividad de gestión es excelente”. En tanto, mencionó que la facturación en concepto de energía eléctrica ascendió a 83 millones de pesos al año, pero si las tarifas “se hubiesen ajustado en el orden del 30 por ciento, aportaría casi 25 millones más de ingresos para la cooperativa”.
Nuevos consejeros
Un total de 158 delegados participaron el jueves de la Asamblea General Ordinaria donde se renovó un tercio del Consejo de Administración de la Celo.
Como consejeros titulares, fueron electos Roberto Pauluk, Raúl Arnaldo Silvero y Luis Ángel Bernal. Como suplentes estarán Jorge Alfredo Swirwszez, de Panambí; Luis Wust y Carlos Luis Ortt. Asimismo, Jorge Duarte y Hugo Delgado, fueron proclamados como síndicos titular y suplente, respectivamente.
“Mi reconocimiento personal y público al gran trabajo del síndico titular saliente, Héctor Chemes, quien otorgó tiempo, esfuerzo, calidad profesional; pero en forma especial el amor a la labor desinteresada por el bien común de todos los socios, revalorizando la función esencial del rol de la sindicatura”, indicó el actual secretario del Consejo, Rafael Pereyra Pigerl.
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