El conflicto habría surgido por celos. La denunciante tuvo un hijo con su superior. “Donde me ve, esta mujer me amenaza y trata de agredirme”, aseguró la oficial.
Cansada de las agresiones y del acoso permanente del que sería víctima, una oficial de Policía radicó una denuncia en la Comisaría de la Mujer contra un superior y su esposa por presuntos actos de violencia física y psicológica.
El episodio más grave se habría registrado en febrero, cuando la denunciante se hallaba realizando trámites en la delegación local del IPS y fue atacada a golpes y arañazos por la pareja del uniformado.
En ese entonces, la oficial estaba embarazada de tres meses y ni siquiera eso habría impedido el ataque. La violenta escena fue presenciada por decenas de testigos.
Además de las respectivas denuncias, las autoridades de la Unidad Regional II de Policía tomaron cartas en el asunto y citaron a las partes, aunque hasta el momento el conflicto persiste y parece agravarse.
“Hace apenas quince días nació mi bebé y tengo mucho miedo, porque donde me ve, esta mujer me amenaza y trata de agredirme. El miércoles hice una nueva denuncia en la Comisaría de la Mujer y pedí la prohibición de acercamiento porque realmente mis hijos y yo estamos corriendo un serio riesgo”, alertó la policía.
En diálogo con El Territorio, precisó que los inconvenientes con la presunta agresora comenzaron cuando ésta se enteró de que el hijo de la oficial sería producto de una relación con su marido.
En ese sentido, reconoció que “el año pasado tuve una relación con él y me decía que estaba separado. Salimos unos meses, pero cuando quedé embarazada él se alejó. Ahora no sé si volvió ahí con la mujer o ya estaba con ella cuando me veía a mí”.
Según dichos de la oficial, su superior no se habría hecho cargo de la paternidad del menor recién nacido, lo que derivó en la apertura de una causa judicial que está en trámite.
“Pienso que la mujer me quiere hacer la vida imposible porque tuve un hijo con el marido, pero tendría que pedirle explicaciones a él y no desquitarse conmigo ni mis hijos. Él es mi superior dentro de la Policía, pero no por eso me pueden hacer lo que quieran”, reflexionó.
En tanto, desde la URII reconocieron la existencia del problema y denuncias cruzadas entre las partes, lo que además de la causa judicial, se tradujo en la instrucción de un sumario administrativo en marcha.
Por su parte, la oficial rogó que “la Justicia actúe como corresponde y no se deje llevar por rangos, porque ya vimos casos donde las medidas llegan tarde”.
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