El gobierno nacional y provincial seguirá siendo el mismo, probablemente la mayoría en la cámara de senadores y diputados nacionales pase a manos de los partidos de oposición al gobierno nacional, que como uno de los slogan de campaña es el de ponerle freno al gobierno, es decir, palos en la rueda. Con los resultados de las PASO anunciaron que asumirán la presidencia de ambas cámaras del Congreso, lo que generó un fuerte rechazo por la intención de querer asumir la conducción política del país sin haber sido electos para ese fin, cuestión que es advertida por el gobierno nacional, diciendo que los dirigentes de Juntos por el Cambio están gestando un golpe de estado blanco, es decir desde el poder legislativo. Es obvio que a los partidos de oposición le conviene que a los gobiernos les vaya mal en la gestión y que la gente se vea perjudicada económicamente, es por ello que durante la pandemia metieron miedo y cuestionaron en principio la veracidad de la existencia de la pandemia, luego en los beneficios de la cuarentena y restricciones, y finalmente sobre la eficacia de las vacunas, logrando exitosamente su cometido; dado el resultado electoral de las PASO, con la clara contribución de los errores cometidos por el oficialismo gobernante.
Oficialismo y oposición comenzarán la carrera electoral hacia las elecciones presidenciales del  2023, el oficialismo con la idea de recuperar votos y cumplir con las expectativas que generaron en los electores que votaron al Frente de Todos en el 2019, y la oposición anticipó que no se sentará a una mesa de dialogo con el gobierno luego de las elecciones para acordar una agenda y compromiso de gobernabilidad, demostrando que no contribuirán en la búsqueda de soluciones para los problemas existentes, sino que permanecerán en la situación más fácil, y que le ha dado rédito, como criticar y denunciar al gobierno con o sin fundamentos y pruebas, dado que ello, al menos en las PASO, le dio muy buen rédito electoral y obviamente no cambiarán la estrategia del juego político.
Tras el resultado electoral, si el mismo es adverso para el gobierno nacional, este se debilitará políticamente en forma significativa, lo que tendrá sus consecuencias, los votos son los que otorgan el poder político a los gobiernos y al no tenerlos los deja vulnerables y débiles ante los demás poderes, y en particular frente el poder económico -que es el poder real y gobierna el mundo- que siempre quiere imponer sus reglas sin controles ni intervenciones del Estado, y para ello requieren de un estado débil y con el apoyo de los sectores opositores al gobierno.

¿Poner freno o ayudar a gobernar?
El Frente Renovador sigue marcando su no alineamiento e  independencia política con el oficialismo para así lograr aumentar y recuperar su caudal electoral obtenido en junio; mientras en Juntos por el Cambio buscan retener los votos logrados en las PASO, en donde se observa una mayor puesta en escena de las consignas radicales que identifican a Martín Arjol, repite la frase de ponerle freno al gobierno nacional y cambiar el rumbo de la historia.  Además están los radicales en la búsqueda de despegarse o diferenciarse del PRO, del cual muchos no tienen buenos recuerdos, al igual que lo está haciendo el radicalismo con Facundo Manes en Buenos Aires, que organizaron un acto radical en la cancha de Ferro. En el Frente de Todos, al parecer hay resignación y desde nación estarían optando que lo mejor sería resignar la segunda banca en disputa a favor del oficialismo provincial antes que sume otra banca JxC.
A Carlos Fernández se lo sigue observando en su trazo sencillo y su presencia en diferentes segmentos electorales, aunque a algunos no les gusta el uso del diminutivo de “Carlitos”. Existe un fuerte acompañamiento militante de algunos dirigentes renovadores, mientras otros militan poniendo fotos del voto en sus estados, o retuiteando y compartiendo algunos spots de campaña, y no mucho más que eso. Fernández, en su doble rol de intendente y primer candidato a diputado nacional por el oficialismo, tiene algunas dificultades propias de la campaña; una de ellas el eterno reclamo de una de las tantas agrupaciones de tareferos que reclaman asistencia, y el paro realizado por uno de los gremios de los empleados municipales nucleados en ATE, que en principio estuvo de acuerdo, pero luego decidió no aceptar la propuesta del ejecutivo municipal e ir inmediatamente al paro, cuestión que se interpretó por el mismo intendente como una cuestión que estuvo dentro de la campaña electoral.
En la estrategia del oficialismo provincial esta semana volvieron a ser titulares de todos los medios  que el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, se reunió con el presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Sergio Massa, a quien le solicitó la zona aduanera especial para Misiones, el reconocimiento de una contribución por los servicios ambientales que brinda la provincia al resto del país y la actualización de los montos pendientes por el Consenso Fiscal. Estos tres puntos, sumados al paquete de obras que pide Misiones para los 77 municipios, suman 283 mil millones de pesos adicionales al reparto original.
Desde la renovación advirtieron que “sí o sí” se tienen que incorporar al presupuesto del año próximo lo solicitado por el gobierno, o mejorar el porcentaje de fondos a la provincia, que la ubicaron en el último lugar en la distribución per cápita; de lo contrario advirtieron que no se acompañarán la ley desde el bloque de diputados “misioneristas”. “Nosotros no pertenecemos al bloque del Frente de Todos ni obedecemos mandatos partidarios nacionales, por eso no vamos a votar nada que no traiga beneficios para los misioneros”, señalaron desde la Gobernación.
Se deberían buscar consensos para ayudar a gobernar y no poner frenos o palos en la rueda, se debería buscar el bienestar de la gente y no buscar ganar elecciones con los padecimientos, muchos provocados intencionalmente y con el fin de verse triunfadores de la contienda electoral de turno.

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Categorías: Columnas de Opinión
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