Agenda cultural
Abrir este libro para hojearlo es quedar algo más que impresionado, por su presentación, su contenido, y uno se pregunta cómo debe leerse porque no es cualquier libro …De golpe luce como un libro para niños… pero mirándolo bien ningún niño (creo) lo va a entender. Lo miré por todos lados y sí, es un libro para leer, con todos sus condimentos, tiene letras de todo color y tamaño, letras de nuestro abecedario (no de otro idioma, en ruso por ejemplo). Más bien parece un libro para jugar, como un ajedrez, aunque no tiene piezas, tiene solamente letras, frases, pero esas son las piezas por la función de jugar… Leer para jugar un rato y tal vez adherirse al juego, aunque no parece fácil.
En la tapa el nombre del autor no está. Tal vez el autor se olvidó o es tímido. Tampoco está en la contratapa. El título sí lo van a encontrar en la tapa : “ Allá “, y tiene su razón. Más abajo y en pequeñito, lo completa con un subtítulo “Palíndromos de por acá”. Y más abajo, también en pequeñito: Antología. Posadas, Misiones. Lo que explica que no haya un solo autor, sino varios y que uno solo es el responsable de la “Realización, compilación y coordinación: Santiago Morales. O sea que si es Antología, hay varios autores, lo que me impulsa a buscarlos. Antes me encuentro con el Prólogo, que en general nos orienta con el texto literario y con su autor Javier Chemes, de Candelaria, que parece ser el cultor máximo de hablar al revés, de ser capaz de hacer frases que se leen en los dos sentidos. Si las palabras fueran números, hablaríamos de capicúa, lo que es más fácil de entender y hasta de coleccionar, como lo hice yo alguna vez, de tanto tomar ómnibus en la ciudad. En cambio juntar palíndromos -dice Chemes- pocas personas pueden hacerlo y requiere un pensamiento muy hábil que escriba y lea en reversa. Y lo ejemplifica con el espejo, en el palíndromo el espejo está en el lenguaje pensado al revés. Agrega que hay en el palíndromo una destreza e inteligencia particular, diferentes a las que requiere un relato, por ejemplo. Y una inteligencia particular y un especial sentido del humor. Dice que no hay dos palíndromos iguales y que el hecho de crearlos es el ejercicio propio de una mente genial. El entusiasmo por la creación de estas frases capicúas, llevó a la formación de grupos en las redes sociales, que abrieron una cuenta en Facebook con el nombre de “Palíndromos Regionales”. Y en las últimas páginas del libro hay una serie de palindromistas que juegan al bifrontismo con total naturalidad. Y según leo en la contratapa “”practican la palindromía con palabras …referentes a nuestras costumbres, lugares, modismos, personajes, leyendas, lenguaje y todo lo que conforma el entorno de Posadas, Misiones y sus alrededores”. Este libro fue presentado en nuestra edición 46 y vale la pena la sorpresa de un encuentro distinto.