No vuelven más
Las definiciones más importantes que se esperan a nivel nacional no pasan por quienes serán los que integrarán el gabinete, sino más bien por las decisiones que se tomarán en materia económica en lo inmediato. Y en ese sentido, existen muchas expectativas en que se frene la caída económica y de alguna manera comience la reactivación económica a nivel país. Entretanto, el presidente electo Alberto Fernández sigue dando señales de que sabe lo que debe hacer.
Se sabía que los aumentos vendrían, luego de las elecciones, en combustibles y con un fuerte impacto en las góndolas, con lo que no solo agrava más la situación económica familiar, sino que el peso de mayores angustias cargadas por la emotividad de las fiestas que tienen un alto grado de componente consumista, siendo que a muchas familias lo único que les queda por festejar es la Navidad, la llegada del Año Nuevo y el inicio de un nuevo gobierno.
A pocas horas del triunfo electoral, tanto Alberto Fernández como Cristina Fernández de Kirchner advertían que el actual presidente Mauricio Macri sería el responsable político de todo lo que suceda en el país, y lo exhortaban a asumir los problemas y ser prudente en la gestión, cuestión que obviamente no fue asumida por el actual presidente, sino por el contrario.
Sin haber asumido, Fernández anunció que no requerirá de desembolsos pendientes del Fondo Monetario Internacional (FMI), para no seguir incrementando la deuda externa argentina, con una posición clara de renegociar la deuda, pero sin que los costos y ajustes afecten el bolsillo de los trabajadores.
Mientras tanto, el actual presidente Mauricio Macri, sigue firmando decretos que son polémicos, como la designación de funcionarios de su gobierno en cargos jerárquicos para que no puedan ser removidos de sus cargos por las nuevas autoridades electas, como así también la emisión monetaria de 20 mil millones de pesos, entre otras medidas económicas que siguen agregándole problemas a la economía.
El futuro opositor del actual gobierno comienza a resquebrajarse con el mismo concepto y manejo de grieta con la que manejaron el gobierno. El radicalismo no está ya más dispuesto a ser el furgón de cola del PRO, ni tampoco no seguir siendo protagonistas políticos de una coalición electoral, que, si bien dio resultados para llegar al poder, fracasó en el corto plazo en mantenerse dentro del poder.
El gobierno del presidente Macri busca alejarse de la autocrítica y de asumir responsabilidades por el fracaso de las políticas económicas implementadas durante los cuatro años de gobierno. La idea es tratar de dejar instalado que se van del poder con un país ordenado y encaminado hacia el crecimiento económico, que dejan un país mucho mejor que el que recibieron en el 2015, pero sus dichos y autoelogios se contradicen con la realidad social y la angustiante situación económica.
Lamentablemente, la pérdida laboral sigue siendo un problema urgente a resolver, al igual que los ingresos de los sectores asalariados y jubilados, hoy fuertemente endeudados por el uso de las tarjetas de créditos con tasas abusivas, y no teniendo otra salida para poder seguir manteniendo los servicios y financiando en cuotas la canasta familiar.
Otro de los problemas a resolver en forma inmediata tiene que ver con los detenidos sin condenas firmes acusados de delitos de corrupción, muchos de ellos muy flojos de pruebas y con denuncias de haber armado causas judiciales, que esperan algún tipo de resolución judicial. Hoy día, quedando más que evidenciado que existió persecución política judicial, cuestión que fuera criticada por varios sectores políticos argentinos, incluso por el Papa Francisco.
Los tiempos que vendrán seguramente no serán fáciles en materia política, económica y social, la esperanza de los sectores agonizantes de la economía es que no les vuelvan a mentir y que los ajustes no la soporten los más necesitados.
Al parecer, la consigna del “No vuelven más” cambió de escenario, repertorio y fundamentalmente, de protagonistas.