“Llega un cliente y no sabés si te va comprar o te va robar. Los ladrones entran estando la familia en la casa, la gente tiene miedo y vemos que la Policía está desbordada”, alertó Carlos Acuña, presidente del Foro de Seguridad de Villa Kindgreen.
“Es un asco el color del agua y también tiene feo gusto, a mucho cloro”, se lamentan. Los reclamos se extienden en barrios que no disponen de conexión a la red.
En Guaraní fue terminada antes del cambio de autoridades, pero aún no funciona. Hacen ocho kilómetros para tomar un colectivo.