En una velada cargada de nostalgia y camaradería, la Casa del Bicentenario se convirtió en el escenario perfecto para un encuentro con la historia viva de nuestra comunidad. Don Anselmo Rodríguez, con su prodigiosa memoria y su afabilidad característica, compartió sus recuerdos en una charla que atrapó a todos los presentes durante hora y media.

El público, numeroso y atento, participó activamente en este diálogo de ida y vuelta con el querido vecino. Las anécdotas y vivencias de Don Anselmo resonaron en las paredes de la Casa de la Historia y Cultura del Bicentenario, mientras las imágenes proyectadas —gentileza de su familia— ilustraban cada relato.

La Junta De Estudios Históricos De Oberá, en la que destaca la presencia constante de Alejandro Cerri, agradeció a todos los colaboradores que hicieron posible este evento. Desde la logística hasta el registro fotográfico a cargo de Roberto Gómez, cada detalle contribuyó al éxito de la velada. La comunidad, fiel a su espíritu de apoyo, premió a los protagonistas con aplausos sinceros.

Don Anselmo, con su humildad y sabiduría acumulada a lo largo de los años, nos recordó que la historia no solo se encuentra en los libros, sino también en las voces de quienes la vivieron.

La Junta De Estudios Históricos De Oberá, como guardiana de nuestra memoria colectiva, sigue siendo un faro para las generaciones presentes y futuras.

 

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