Mientras se desarrolla el juicio en Posadas, familiares y amigos de la víctima marcharon por justicia este miércoles por la noche en Oberá.
Mientras se desarrolla en Posadas el juicio por la muerte de Antonella Bernhardt, la madre y hermanos biológicos de la víctima convocaron en Oberá a una concentración en silencio, pacífica, en memoria de la joven brutalmente asesinada.
Vecinos y amigos de la familia, de barrios periféricos como 180 Viviendas, Cien Hectáreas y Villa Stemberg, acompañaron la movilización que se realizó en el Centro Cívico de la Capital del Monte.
Ángela Hester García, la madre biológica, relató su historia a PRIMERA EDICIÓN: “Siento que la perdí por segunda vez, pero esta vez para siempre. Cuando yo era menor, tenía 16 años, tuve a las mellizas (Antonella y su hermana), la Justicia me las sacó y las dieron en guarda cuando tenían un año y tres meses. Mis padres no me apoyaron así que no las pude recuperar. Me volví a reencontrar con ellas cuando tenían 18 años, estoy agradecida a la familia Bernhardt que las criaron tan bien, son muy buenas personas”, expresó.
“Cuando pude volver a contactarme con ellas les presenté a mis cuatro hijos, dos nenas y dos varones, y empezamos a compartir momentos, hacíamos cosas juntos, teníamos una buena relación, incluso fuimos a casa de Carlos y Carmen (Bernhardt) a visitarlas”.
García afirma que a partir del asesinato de la joven no tienen paz y solo quiere justicia. “Es muy duro esto, saber que no voy a poder volver a abrazarle, compartir con ella, recuperar el tiempo. No me puedo recuperar, tengo que estar medicada. Solo quiero que se haga justicia y que el muchacho pague, porque no puede andar libre por la calle, le puede hacer lo mismo a otras chicas. Su declaración fue tan fría, como si no tuviera ningún cargo. No puede quedar libre, quiero justicia”, remarcó.
“Ella era una chica excelente y tenía muy buena relación con sus hermanos”, finalizó.
La mayor de las hermanas biológicas, Verónica Fleitas, fue la que tuvo la iniciativa de realizar la movilización. “Sinceramente todo lo que pasó y este juicio es un desgaste emocional para toda la familia. Después de cuatro años y medio revivir todo lo que pasó no es sencillo para nadie”, señaló.
“Sentimos el apoyo de muchas personas. Todos queremos que se haga justicia, es necesario”, agregó.
Las hermanas están acompañando el juicio, viajando a diario a Posadas. “Hay que estar y es importante estar para todos. Como hermana le extraño, mucho. Es todo complicado, muy fuerte. Nunca pensamos que podía pasarnos algo así”.
Los presentes subrayaron que esperan que el juicio concluya con la condena a cadena perpetua de Cristian Daniel Vargas. “Creemos que es lo que corresponde, tanto dolor no puede terminar en otra cosa, al menos para dar algo de alivio a los familiares”, manifestó María, una de las vecinas de los Fleitas.