La campaña electoral en Misiones tuvo a un Frente Renovador movilizado a favor de sus candidatos al congreso nacional con un mayor compromiso, no solo con los intendentes sino que también involucró a los funcionarios en todos los niveles. En Juntos por el Cambio se observó mucha ausencia, en particular del radicalismo en comparación con las elecciones primarias, evidenciando algo que se sabe y nadie lo dice, que el sector del radicalismo no se siente representado en su ideario con la candidatura de Patricia Bullrich.
El sector de los libertarios a nivel provincial no compite más que por el voto presidencial, y algunos sectores de los libertarios apoyando a los candidatos renovadores, tal cual se pudo observar que en el tradicional reparto de votos en los domicilios, han dejado el voto a favor de Javier Milei junto a las candidaturas al congreso de Innovación Federal, las que son encabezadas por el actual vice gobernador Carlos Arce como primer candidato a senador, y Daniel Vancsik como primer candidato a diputado nacional.
Hay datos que son claves. Los libertarios no cuestionaron al oficialismo provincial, que tiene como candidato a presidente a Sergio Massa, cuestión que es llamativa. Otra de las situaciones llamativas es que se observa que un gran sector del radicalismo no está militando a favor de Bullrich. Daría la impresión que al quedar fuera de competencia Horacio Rodríguez Larreta y el radical Gerardo Morales, se quedaron sin un punto de referencia ni candidatos encabezando las listas, y sí los candidatos del PRO Como lo son Martín Goerling y Emmanuel Bianchetti.
Tampoco es  casual que Bullrich anuncie que su jefe de gabinete será el actual jefe del gobierno porteño.
Así también no es casual que toda la dirigencia renovadora milite fuertemente por la candidatura presidencial de Sergio Massa, como no lo hicieron es las PASO. Evidentemente algún dato o indicador  tendrán para donde van las tendencias y preferencias de los electores misioneros, y por ello decidieron apretar el acelerador hacia esa opción presidencial, de lo contrario seguirían insistiendo solamente con el voto a favor del misionerismo, como lo siguen haciendo explicando la importancia que tiene que el futuro gobernador Hugo Passalacqua tenga peso en el congreso a nivel nacional, porque los diputados de Juntos por el Cambio Alfredo Schiavoni, Martín Arjol y Florencia Klipauka no salieron a defender los intereses de la economía provincial, como tampoco lo hicieron a favor de la zona aduanera especial, la quita del IVA a los alimentos, ni la eliminación del Impuesto a las Ganancias. Y en esto radica la diferencia de que los legisladores del Frente Renovador votan pensando en los misioneros y los de JxC de acuerdo a lo que deciden los dirigentes nacionales.
Durante la campaña presidencialista y de legislativas nacionales, el candidato del PAyS Héctor «Cacho» Bárbaro -que si bien apoya la candidatura a presidente de Sergio Massa- no lo tiene en su boleta y va con candidaturas a la legislatura nacional. Bárbaro, quien si les pegó a los candidatos renovadores, en particular a Daniel «Colo» Vancsik, con quien disputa las bancas nacionales, sabe que para poder lograr su reelección como diputado nacional necesita unos 75 mil votos.

Se debería votar y no tropezar con la misma piedra
En la elección presidencial se disputan los votos tres de los cinco candidatos a la primera magistratura: Sergio Massa, Patricia Bullrich y Javier Milei. Tanto Juan Schiaretti como Myriam Bregman son una verdadera incógnita, en particular el gobernador de Córdoba, a quien muchos electores lo conocieron en el primer debate presidencial. Algunos medios agitan la posibilidad de la aparición de la metáfora de un cisne negro que bien podría ser Schiaretti. Aunque se lo ve lejos de esa posibilidad, en política todo es posible. Como ocurrió en el caso de Milei.
En torno a la candidatura presidencial de Juntos por el Cambio, a Patricia Bullrich se la observó con muy poca preparación, para hacerla zafar del tema económico anunció que su ministro de economía sería Carlos Melconián, quien es el que tuvo que salir a dar respuestas y propuestas en los temas económicos en los que Bullrich patinaba. El último manotazo fue el anuncio que su jefe de gabinete sería Horacio Rodríguez Larreta, tratando de retener a un electorado que tiene una decisión tomada y sabe que el jefe porteño será un jefe de gabinete que no decidirá nada.
Massa adelantó que en caso de ser electo presidente convocará al radicalismo, al peronismo, a los del centro y de izquierda para que integren su gabinete, demostró que está preparado para ser presidente, con la eliminación de los impuestos a las ganancias en los sueldos y la devolución del IVA en los productos de la canasta básica; entendiendo que el rol del estado es el de estar presente y no ausente para equilibrar desigualdades sociales. Además se comprometió a mantener los subsidios, como en el caso de transporte de pasajeros, del cual depende gran parte de la población, en particular el sector de menores ingresos. Mientras que tanto Milei como Bullrich tienen la idea de sacarlo. En particular el candidato libertario adelantó que de llegar a ser presidente liberaría la economía y que sacaría todos los subsidios nacionales, cuestión que afectaría al sector asalariado y también a sectores que se creen que son de clase media. Además en su propuesta de gobierno adelantó que cortará los vínculos comerciales con Brasil y China, que son dos potencias a nivel mundial. Y como si esto fuera poco y luego de atacar al Papa Francisco llamándolo »el maligno en la tierra» y acusarlo de estar aliado a los gobiernos de izquierda, y proponiendo suspender las relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Milei propone volver al plan económico menemista que tuvo de la mano del ex ministro de economía Domingo Cavallo; receta liberal que fracasó y explotó económicamente en el 2001 y que terminó en una hiperinflación que provocó la renuncia del ex presidente Fernando de la Rúa, gobierno en el cual Patricia Bullrich era ministra de trabajo y que se la recuerda por haber aplicado un descuento del 13 por ciento a los jubilados. Un 2001 en el cual la gente salió a la calle con las cacerolas, con la consigna de que se vayan todos y no quede ninguno.
El voto es casi como un deber cívico, un derecho que tienen los ciudadanos argentinos como lo es elegir al futuro presidente, y en el caso de Misiones elegir a los legisladores que nos representarán en el congreso nacional y no dejar que otros elijan por los que decidan no ir a sufragar. Además se debería votar sin odios, ni broncas; si con memoria.

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Categorías: Columnas de Opinión
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