Agenda cultural
Hay libros cuya lectura nos lleva a recordar a otros libros que no se olvidan, porque han dejado una huella imborrable por la realidad y el dolor que describen, Se trata del libro Raíces que tocó con crudeza el tema de la esclavitud de los negros. Esta vez el libro que causó nuestro recuerdo tiene su autor misionero el Dr. Ramón Delgado Cano, historiador y escritor de otro libro de gran interés, como “Los Conchabados del Alto Paraná, Historias. Cuentos” que relata otro tipo de esclavitud ocurridos en un Territorio Nacional (nuestra actual Provincia de Misiones) que si bien parecía Tierra de Nadie, contradictoriamente era Tierra de grandes terratenientes explotadores de personas y de riquezas naturales abusando de la expoliación humillante de una mano de obra pobre y necesitada que eran los llamados mensúes o mensualeros. La historia trágica es conocida por todos y se generaba a través de un instrumento aparentemente legal, como era el conchabo (contrato) de gente humilde y casi siempre analfabeta a la que se le engañaba con la promesa ( escrita y firmada) de un pago y un trabajo decentes. Los contratistas o conchabadores, se disputaban el reclutamiento de estos obreros, y eran los representantes inescrupulosos de los propietarios de los yerbales silvestres y de los obrajes en el Alto Paraná. Los contratados o conchabados firmaban un contrato engañoso que escondía una segura experiencia de esclavitud, un trato injusto, cruel, ominoso, de la que solo se soñaba con escapar. Muchos historiadores y escritores describen las condiciones inhumanas de esclavitud de los mensúes pero también quienes vivieron personalmente esa condena. Especialmente Delgado reproduce la historia conmovedora de Andrés Avelino Vera que padeció con su familia (esposa y tres pequeños hijos) y cómo logró escapar de ese infierno. Si bien estos hechos se denunciaban a las autoridades no eran escuchados y al contrario “ en los yerbales no se hablaba, se pegaba” según una dura frase del escritor español Rafael Barret que conoció estos hechos. Este libro nos trae además, relatos de la vida cotidiana del mensú que también son conmovedores por su austeridad, por tener que inventar su entretenimiento con lo poco que tenía. Así leemos sobre el descanso dominical del mensú, su predilección por la música, los bailes, el reviro y el yopará, comidas típicas en la selva, el atractivo del Bar El timón. Al final del libro agrega unas consideraciones finales del Inspector del Ministerio de trabajo, año 1914, José Elías Nicklison que propone una ley de trabajo en los obrajes del Alto Paraná. Y para amenizar un poco la lectura – porque la triste historia del mensú nos ha calado hondo – el autor agrega otras historias que leemos con placer: “la ciclista más linda del barrio”, “la leyenda del Teyú Cuaré” de Germán Laferrere o Germán Dras, “Mi amigo Alfonzo”, el “Yaguareté” Ramírez. Como los anteriores de Ramón Delgado Cano , este es un pequeño gran libro para pasar un rato amable en cualquier lugar o momento.

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Categorías: Columnas de Opinión
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