Agenda cultural
Escribir una novela con el propósito de reflejar una realidad social que estamos acostumbrados a conocer a través de los distintos medios de comunicación, nos da la oportunidad de tener a mano otros detalles que no aparecen en esos medios. Especialmente poder conocer la profundidad del problema personal que significa no poder alcanzar el derecho humano a tener una vivienda digna, así como entender lo que viven quienes lo sufren. Ellos son los personajes y el entorno de esta novela. Su autor, el escritor obereño Maxis Benn (Máximo Benegas) ha conocido de cerca el tema y lo refleja en “Éxodo 24” su última novela publicada.
En su prólogo expresa la dura realidad de la marginación de las Villas de Emergencia, antes conocidas como “ Villa miseria”, en Buenos Aires donde proliferan estos asentamientos, que primero fueron precarios, luego se transformaron en parte definitiva de la ciudad. Las grandes ciudades expulsan a diario a sus ciudadanos más vulnerables, pobres o indigentes, a los migrantes que ya vienen escapando de la pobreza de sus lugares de origen, o a los que no pueden salir del círculo donde nacieron, ni podrán hacerlo. Es la pobreza estructural sin salida por sí sola. El espectro de la pobreza es muy grande, la solución lo es más, porque requiere valores socio culturales y económicos que se van perdiendo a través de los años y que requiere la presencia de un Estado que se anime a las grandes medidas. El autor relata en su novela “Exodo 24” la historia de una de las formas que el Estado tiene de solucionar problemas de vivienda en las villas miseria, y es la de proceder al desalojo violento de las viviendas y personas (familias enteras) con medios materiales que los desalojados no pueden impedir ni oponerse, dejando tierra arrasada en el lugar, como para que nadie pueda volver a su casa ( lo que es un decir, por la precariedad de las mismas) . En el caso de la novela, los hechos suceden en época de políticas dictatoriales en nuestro país, en el que algunos sacerdotes de la Iglesia Católica desempeñaban su apostolado viviendo en las villas. Ellos eran los intermediarios del pueblo humilde entre el gobierno y las autoridades eclesiásticas. El libro muestra distintas historias a partir del desalojo, programado desde la primera página, que deberá cumplirse violentamente si fuera necesario.
Pero cada historia personal o familiar que se relata termina en la esperanza puesta en un sacerdote franciscano cuya lucha por los más desamparados es una lucha sin tregua, es la lucha de una persona que pasa por alto todas las dificultades de una burocracia que tampoco sabe de treguas. Seguir las instancias de su conducta pertinaz ante los obstáculos que se le presentan, es la historia que nos atrapa desde el comienzo y que nos hace reflexionar toda vez que vuelve a repetirse. Maxis Benn tampoco cede ante los obstáculos que implica mostrar la realidad y la dureza de causas sociales que parecen perdidas.

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Categorías: Columnas de Opinión
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