El ex tenista ya purgó una condena por doble homicidio en 2014. Fue denunciado por nuevos hechos. Será alojado en la cárcel de Oberá. Cada 15 días deberá presentar constancia de tratamiento por su adicción a las drogas.
Cumplida la pena por el doble homicidio de Norberto “Popito” Viana (19) y Lucas Néstor (14), perpetrado el 27 de septiembre del 2014, el ex tenista Pedro Moscón (51) volvió a reincidir en los malos hábitos, fue detenido y le dictaron la prisión preventiva.
Según lo dispuesto por el Juzgado de Instrucción Dos de Oberá, el imputado deberá ser alojado en la Unidad Penal II de Oberá, previo cumplimiento de la cuarentena por Covid-19 en la Sección de Traslado de Internos de Posadas.
Asimismo, el Servicio Penitenciario Provincial (SPP) deberá arbitrar los medios para que el recluso se someta a un tratamiento de recuperación para su adicción a las drogas.
Moscón fue detenido y alojado en la Seccional Tercera de Oberá acusado de “amenazas y desobediencia judicial y acumulada” del registro del Juzgado de Instrucción Dos, expediente 3429/2022.
Al respecto, un vocero judicial indicó que luego de cumplir la sentencia impuesta por el doble homicidio de Viana y Néstor, el ex tenista incurrió en las conductas nocivas para sí mismo y su entorno, por lo cual fue denunciado y aprehendido.
En consecuencia, el pasado 14 de octubre el juzgado interviniente resolvió “convertir la detención de Pedro Enrique Moscón en prisión preventiva en orden a la calificación dada a la conducta el imputado”.
El mismo oficio especifica “la obligación de presentar cada quince días constancias de tratamiento para adicciones en Cáritas Oberá y del estado en el que se encuentra bajo apercibimiento de incurrir en el delito de desobediencia judicial”.
En tanto, el último miércoles se ordenó el traslado a Posadas “a los fines de realizar la cuarentena de Covid-19. Cumplido alójese al nombrado en la Unidad Penal II de Oberá”.
Condena previa
En marzo de 2020, Moscón fue sentenciado a cuatro años de cárcel por el doble homicidio de Viana y Néstor, hecho que se registró el 27 de septiembre de 2014 sobre Avenida de los Inmigrantes de Oberá, cuando el imputado atropelló con su auto la moto en que se movilizaban las víctimas.
La pena que fue homologada por la jueza Correccional y de Menores de Oberá, Adriana Zajaczkowski, incluyó las costas del proceso e inhabilitación para conducir cualquier tipo de vehículos por diez años.
El ex tenista reconoció su culpabilidad en juicio abreviado, por lo que evitó la exposición pública en un debate oral.
Previamente, su defensa trató de declararlo inimputable, pero los profesionales del Cuerpo Médico Forense certificaron que comprende la criminalidad de sus actos.
En aquella ocasión fue juzgado por “amenazas reiteradas agravadas, y desobediencia judicial y acumuladas N° 9427/16 y N° 46951/16 y acumuladas por cuerda expediente N° 143969/2015 s/homicidio culposo agravado por haber sido dos víctimas fatales y por conducción imprudente de vehículo”.
Fue alojado en el Módulo B de la UP II de Oberá y realizó un tratamiento psicológico y psiquiátrico por su patología asociada al abuso de drogas. Si bien evidenció cierta mejora, lo cierto es que al recuperar la libertad decayó en la adicción.
Múltiples causas
En paralelo al doble homicidio de 2014, en los últimos años el ex tenista afrontó una serie de denuncias por diversos delitos y, previo a la condena de 2020, pasó alrededor de dos años privado de su libertad, alternando lugares de internación y dependencias policiales y carcelarias.
Al respecto, en octubre de 2019 fue detenido por lesionar y amenazar a su propia madre, entonces de 82 años.
El ex tenista ya había sido detenido a mediados de mayo del 2016, pero a los pocos días su defensa presentó un certificado médico indicando que requería asistencia para tratar su problema de adicción y fue derivado al Hospital Samic.
Luego pasó a la Unidad Penal I de Loreto, pero al poco tiempo logró ser reubicado en una clínica local especializada en trastornos psiquiátricos, donde pasó los últimos meses con custodia policial.
En agosto del 2018 fue beneficiado con la excarcelación extraordinaria y recuperó la libertad. Finalmente, en marzo de 2020 fue juzgado y condenado a cuatro años de cárcel, pero cumplido dos tercios de la misma recuperó la libertad.
Tragedia anunciada
La tarde del 27 de septiembre el 2014, Moscón atropelló y mató con su coche a Viana y Néstor, quienes se movilizaban en una motocicleta.
El imputado conducía un Fiat Palio y el informe de Criminalística confirmó que cruzó de carril con doble línea amarilla para sobrepasar a un colectivo, tras lo cual impactó de frente con la moto en la que viajaban las víctimas.
El choque se produjo en inmediaciones al acceso de la Escuela 84, sobre Avenida de los Inmigrantes, en el acceso a Oberá.
Si bien el test de alcoholemia arrojó resultado negativo, los análisis de rigor determinaron que el ex tenista había consumido cocaína y psicofármacos, tal como consta en el expediente judicial.
Luego del hecho, familiares, amigos y vecinos de las víctimas realizaron marchas en reclamo de justicia y cuestionaron los innumerables antecedentes que pesaban sobre Moscón, por lo que consideraron que se trató de una tragedia anunciada.
Incluso, previo al doble homicidio de Néstor y Viana, en dos oportunidades el Juzgado de Familia de Oberá había ordenado la internación de ex tenista por su patología mental asociada al consumo prolongado de drogas, la primera en 2012 y la segunda a principios del 2014, aunque en ambas oportunidades un familiar directo impidió que culmine el tratamiento, confiaron fuentes del caso.
“Siempre hizo lo que quiso”
Tras conocerse la sentencia de 2020, Pamela Néstor, hermana de Lucas, expresó que “después de cinco años y medio, llega una símil justicia. Sí, ‘símil’, porque este señor, Pedro Moscón, conducía en el carril contrario, a alta velocidad, en una curva (sí, doble línea amarilla), ‘de onda no más’ ya que no se estaba adelantando, y aunque así fuese, en ese lugar está prohibido. En el mismo momento, y por el carril correcto, viajaba mi hermanito, Lucas, no resistió el impacto, su amigo tampoco”.
Y agregó: “Este señor nos lo arrebató por simple ganas, porque siempre hizo lo que quiso, sus padres lo apañaron una y otra vez, incluso sus repetidos ataques de locura. De verdad, miles de veces lo dije, y me habrán escuchado decirlo, que sentía pena por él, porque de joven tuvo la oportunidad de salir de las drogas, de vivir una vida mejor, pero no tuvo apoyo, incluso su madre firmaba el alta voluntaria de los centros de rehabilitación para que el niño de mami vuelva a la casa. Pero hoy no puedo, intento, pero no, hoy me gustaría que se hubiesen puesto en nuestro lugar, en el de su familia, de sus amigos, una madre hecha pedazos, sus hermanos, que lo extrañamos cada día, cada cumpleaños, cada día del niño”.
“Qué sistema tan horrible, tan despiadado, tan cruel, le dieron una sentencia de 4 años de cárcel, 4 sí, y a Lucas no lo tendremos nunca más. Hoy siento que se burlan en nuestra cara, aunque me quiera convencer con el ‘algo es algo’. No fue un accidente de tránsito, fue un homicidio, doloso, porque aunque se disfrace con la excusa de que fue sin intención, él sabía las consecuencias que puede provocar el cruzar en doble línea, en una curva encima. Aun así lo hizo”, finalizó en aquella carta abierta.
De promesa deportiva a la adicción
En su juventud, Pedro Moscón fue campeón nacional de tenis, realizó giras por Europa y se perfilaba como una promesa del deporte de Misiones. Su familia estuvo ligada a la fundación del Oberá Tenis Club (OTC), en cuyas canchas dio sus primeros pasos tenísticos.
De todas formas, con el correr de los años se fueron incrementando el consumo problemático y su carrera deportiva nunca despegó.
La enfermedad mal tratada, influencias negativas y un entorno permisivo, fueron el caldo de cultivo para una serie de hechos que tuvieron y tienen graves consecuencias penales.
Tras el doble homicidio se probó que ese día había consumido cocaína, la droga que arruinó su vida.
Ya en septiembre del 2015, el Tribunal Penal Uno resolvió a favor del pedido de juicio abreviado por dos causas por “hurto” y “privación ilegítima de la libertad calificada en concurso real” que pesaban en su contra desde hacía varios años.
El imputado se declaró culpable de todos los cargos, recibió tres años de prisión en suspenso y evitó la cárcel.
El hecho más grave ocurrió en 2007, cuando su ex pareja lo denunció por intento de homicidio tras encerrarla y prender fuego el local donde tenía una ferretería, sobre calle 9 de Julio de Oberá.
La denuncia fue radicada por una docente que entonces tenía 29 años y sufrió quemaduras de segundo grado en ambas piernas.