Judith “Kika” Bárbaro, hermana de la víctima fatal, reflexionó sobre el juicio abreviado de Rubén Oscar Schnimg. Remarcó que, al menos, querían escucharlo para que responda y explique qué fue lo que pasó hace quince años.
Rubén Oscar Schnimg (36) debía sentarse en el banquillo de los acusados para ser juzgado por la muerte de María Elena Marilyn Bárbaro (54), sin embargo acordó un juicio abreviado, entre otras cosas probablemente para evitar la exposición pública.
Aún no se sabe cuántos años de pena fue el acuerdo al que arribó su defensor Roberto Jaime Delacourt con el fiscal subrogante Estanislao Elías Bys, en un caso en el que estaba imputado de “homicidio calificado por ensañamiento, por alevosía y robo en concurso real”.
Para la familia de Marilyn otra vez quedó un amargo sabor a injusticia, porque si bien el único de los cuatro acusados que quedó de la causa pidió acogerse al beneficio de abreviar el proceso, quedaron muchas preguntas y entramados que quince años después, probablemente ya nunca serán sacados a la luz.
PRIMERA EDICIÓN pudo dialogar con Judith, la hermana de Marilyn, quien expresó no sentirse sorprendida por la forma en la que el caso finalmente quedaría cerrado.
“Teníamos expectativas de por lo menos escuchar a uno de ellos para conocer qué fue lo que paso”, expresó la mujer.
Es necesario recordar que la víctima fue asesinada en su casa de la avenida Italia y calle México de Oberá, el 17 de abril de 2004. La causa tuvo cuatro detenidos y con una serie de apelaciones que llegaron hasta el Superior Tribunal de Justicia, el hijo de una exdiputada provincial y otros dos supuestos cómplices fueron exonerados del caso en 2016, por nulidades que se cometieron en la etapa de Instrucción.
“Todos tuvieron alguna implicancia en mayor o menor grado. Hubiésemos querido que Schnimg se sentara en el banquillo, que contestara preguntas para saber qué fue lo que pasó”, expresó Judith.
Sin embargo no se mostró sorprendida porque recordó que durante los años que duró la investigación, la familia, encabezada por la lucha de “Ticha” Bárbaro, su otra hermana, daban “un paso adelante y retrocedían tres”, por las medidas que se tomaban. “El caso estuvo plagado de injusticias desde el comienzo”, reflexionó.
“Hace quince años que esperamos por una Justicia verdadera y no algo a medias. Justamente que pase esto en esta época es como clavar un puñal en la misma herida”, se lamentó.
“Mi hermana “Ticha” se fue sin siquiera tener una esperanza de que los culpables paguen por lo que hicieron. Luchamos tanto desde el comienzo que todo quedó como una gran burla para los que pedimos que no haya impunidad. Desgraciadamente, los hijos del poder nos obligan a aceptar que no va haber Justicia”, consideró Judith.
A pesar de todo destacó a los que siempre estuvieron cerca de ellos, los amigos, la familia y los vecinos que los acompañaron. Pero más allá de ello dejó un fuerte mensaje “la gente de Oberá ya saben quienes fueron y ya los han condenado.
Finalmente comentó que el pasado jueves se acercaron al Tribunal en busca de información sobre el juicio abreviado, pero salieron con las manos vacías.
Se fueron con la promesa que cuando culmine la feria puede haber novedades, para saber si el Tribunal subrogante conformado por Jorge Erasmo Villalba, Ivonne Heppner y Mónica Drganc Fernández, magistrados del ámbito civil y comercial, homologan el acuerdo, que con la calificación con la que iba llegar a juicio Schnimg podía caberle una pena de 25 años de cárcel.
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