Mauricio Macri (Juntos por el Cambio); Alberto Fernández (Frente de Todos); Roberto Lavagna (Consenso Federal); José Luis Espert (Unite); Juan José Gómez Centurión (Frente Nos) Nicolás Del Caño (Frente de Izquierda)
A catorce días de las elecciones nacionales, nos encontrábamos sentados cómodamente como miles de argentinos, hasta con empatía, como para no perderle pisada a cada frase de la retórica de los presidencialistas, dado que se trataba de dar a los votantes del 27 por parte de los candidatos a la más alta magistratura del país explicaciones, conceptos, en fin, ese mundo de sensaciones que despierte en ellos la seguridad que estamos necesitando, como para votar a uno u otro para seguir en carrera como país de una rica historia social y política.
Sin embargo en el encuentro del pasado domingo 13, primero de las dos rondas programadas, los vimos a algunos de ellos apáticos y poco iluminados  producto tal vez de que les pesaba a la mayoría las aplastantes PASO que, como las definimos anteriormente, se asemejaron, en nuestra visión, a un referéndum mediante el cual los votantes ya se expresaron con contundencia, o tal vez ocurrió algo más simple dentro de lo simbólico, ese ceñirse con minutos contables a lo prescripto por los organizadores y la poca consideración de los moderadores hacia quienes, al fin de cuentas, aparecen en este momento como candidatos a tan importante cargo, habrá una u otra razón pero es urgente que la función presidenciable se vea jerarquizada cuanto antes y que los postulantes a ella actúen entre sí con la consideración debida a un adversario político y no como a un enemigo, cerrando grietas, descalificaciones y hasta burla. En otro orden de cosas, sufrió el debate una polarización en lo que hace al trabajo presidencial ya que las respuestas a las preguntas fueron enfocadas a futuro, tuvieron como es lógico, respuestas a futuro, escapando del debate la incursión YA de la inmediatez que está exigiendo con urgencia una pronta solución para la herida socio política abierta, madre al fin de cuentas de un estado de incertidumbre que golpea más y más a un país, como el nuestro que posee, junto a otros de la región, lo que ambiciona un mundo norte superpoblado, contar con recursos naturales que generen alimentos, la panacea del cono sur y que hoy, en nuestro caso país, están mermando  por impericia en el manejo de la economía nacional, lastimando y mucho especialmente a los sectores carenciados de las grandes provincias donde la pobreza se va traduciendo en hambruna que se abalanza especialmente sobre la infancia y los jubilados invadiendo día a día más y más la plataforma de la clase media, clase que al fin de cuentas es el termómetro al que hay que acudir ya que muestra crudamente el resultado de una gestión.
Por ello los que pensaran que el debate podría hacer cambiar el voto al elector, pueden haberse sentido frustrados.
De todas maneras las consultoras privadas dieron como ganador del debate a Alberto Fernández, candidato presidencial del Frente de Todos.
El segundo debate presidencial tendrá lugar el domingo 20.

Aldo y Esther en «¿Quien quiere ser millonario?»
Invitados que fuimos mi esposa y yo para participar del programa de Telefé “Quien quiere ser millonario” que conduce Santiago del Moro, invitación que tuvo que ver con la celebración de nuestras bodas de Titanio (setenta años de matrimonio) y que llegó a conocimiento de los productores de ese programa a través de la entrevista que, para Canal 12 de Posadas, nos hiciera el periodista obereño, Jorge Mielniczuk y que consideraron una historia de amor, algo poco tenido en cuenta en estos tiempos y además participar del juego de preguntas del programa, nada fácil por cierto, pero apasionante.
Y bien, como no podía ser de otra manera aceptamos, y queremos destacar y agradecer las atenciones y la cordialidad de la gente que trabaja para el programa que superó todas nuestras expectativas, tal como ocurrió con la conducción del mismo por parte de Santiago del Moro, programa que salió al aire el jueves 14  al que concurrimos incluyéndonos representantes de cuatro generaciones de nuestra familia, hija, nietos y bisnietos, agregando que nuestra hija, Silvia, participó como “comodín” en el juego.

Emociones
Más allá del juego en sí y como corolario  de una jornada vibrante podemos destacar la alegría cuando en la pantalla aparecieron nuestros nombres y procedencia: “Oberá –Misiones”, pero por sobre todo cuando tuvimos la ocasión de referirnos a nuestra historia de vida o cuando Esther se refirió a su ascendencia sueca y su deseos de -con el premio- viajar a Suecia a visitar a sus parientes, así como cuando pudimos identificar a Oberá con la Fiesta Nacional del Inmigrante, pasando a ser de este modo embajadores “ad-hoc” de esta segunda ciudad de Misiones.
Como broche de oro y ¿porqué no? dejamos como obsequio el libro de nuestra autoría “Un lugar llamado Yerbal Viejo” como para por si acaso algún contenido de él pueda movilizar algún programa de Telefé que pueda interesarse en un lugar como éste, en el que destacamos la circunstancia tan especial de la presencia de 14 colectividades a puro mundo.
También recibimos otra invitación por parte de la promotora del programa “Cortá por Lozano” para participar -con el fin apuntado más arriba- el lunes 14, lamentablemente no fue posible hacerlo ya que teníamos que viajar de regreso el domingo 13.

Repercusiones
Otra fuerte alegría y emoción significó el cúmulo de felicitaciones y cariñosos saludos recibidos de parte de tanta gente de aquí y de allá que tanto agradecemos.
Una experiencia y ¡vaya cual! la de participar de “Quien quiere ser Millonario” que tiene alcance nacional e internacional y que nos hizo desbordar de alegría con solo ver el contento que provocó nuestra participación por parte de la familia y amistades, participación que se vio coronada con un premio nada despreciable por cierto.

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Categorías: Columnas de Opinión
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