Entre la noche del sábado y la madrugada de ayer, sujetos desconocidos irrumpieron en el predio que comparten ambos establecimientos educativos, tras lo cual forzaron puertas y candados y generaron importantes daños materiales.
Daniel Buiak, director del BOP 112, lamentó la situación y recordó que el año pasado sufrieron dos hechos similiares que generaron un enorme perjuicio, al punto que desde entonces se ve obligado a resguardar los elementos de valor de su propio domicilio.
En tanto, en la víspera tuvo que comprar nuevos candados para evitar que los malvivientes vuelvan a ingresar para romper o llevarse lo poco que les queda.
“Apenas que tenemos las PC con los datos que son de la vida institucional, notas, calificaciones, proyectos. Con los dos robos del 2017, para reorganizarnos nos insumió casi la mitad de este año. Cuesta meses levantar otra vez la cabeza. Tampoco me parece que deba tener en mi casa las cosas del colegio, como tengo, pero no queda otra”, comentó.
El predio en cuestión abarca una manzana entera y dispone de un muro perimetral de ladrillos, aunque varios sectores fueron destruidos a mazazos por los mismos delincuentes que saquean las instalaciones cada vez que quieren.
El BOP 112 comparte el terreno con la Escuela 184, el Nivel Inicial y la Escuela para Adultos N° 53. Además, en el mismo predio funciona el Centro de Atención Primaria de la Salud (Caps) de San Miguel.
Zona roja
A principios de año, el director de la 184, Elbio Romero, solicitó la instalación de un destacamento policial dentro del citado predio, lo que no se concretó.
“Ya no sabemos qué hacer, no podemos dejar nada en la escuela porque entra cualquiera y hace un desastre. Tenemos sospechas de quiénes son, pero necesitamos testigos y los vecinos tienen miedo. La única solución que vemos es la instalación de un destacamento policial dentro del predio escolar”, mencionó Romero.
A pocas cuadras del lugar se halla el BOP 10 del barrio Cien Hectáreas, institución que durante las vacaciones de invierno padeció una seguidilla de cinco robos.
Si bien se radicaron las correspondientes denuncias, transcurrido más de un mes desde la Policía no informaron avances en la investigación ni hubo detenidos, lo que incrementa la sensación de desamparo que padece la institución.
En el mismo período también se registraron hechos de hurto y vandalismo en otras instituciones del mismo barrio, como el Caps, la sede de la comisión vecinal y en la Escuela 448.
Al respecto, referentes barriales alertaron sobre el incremento de la inseguridad y la falta de recursos que evidencia la Policía para afrontar la problemática que los aqueja.
En tal sentido, subrayaron que la escalada delictiva estaría directamente relacionada con el consumo de drogas y el avance del narcomenudeo.