El testimonio de la víctima en Cámara Gesell resultó clave para condenar a Héctor Hilario Schwartz (56), ex concejal de la localidad de El Soberbio, a la pena de ocho años de cárcel por abuso sexual en perjuicio de su nieta, según lo dispuso ayer el Tribunal Penal Uno de Oberá.
Si bien un día antes la fiscal Estela Salguero solicitó 19 años de prisión, casi el máximo de los 20 que prevé el Código Penal para este tipo de delitos, para los magistrados no se hallaron elementos sólidos para probar el acceso carnal, lo que disminuyó sensiblemente la pena.
Precisamente, el expediente 111.097/16 llegó a juicio bajo la carátula de “abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo y la convivencia preexistente”; mientras que en la víspera Schwartz fue condenado como autor penalmente responsable por los delitos de “abuso sexual calificado por el vínculo, dos hechos”.
Asimismo, se resolvió que el plazo de duración en el registro de condenados por delitos contra la integridad sexual será igual al del tiempo de la pena aplicada.
La lectura de los fundamentos de la condena se concretará el próximo 6 de julio, a las 12, según precisó el presidente del Tribunal Penal, José Pablo Rivero, quien fue secundado por sus pares Lilia Avendaño y Francisco Aguirre.
Al momento del veredicto el condenado se mostró tranquilo, al igual que los familiares que lo acompañaron durante las dos jornadas del debate oral.
En un breve diálogo con El Territorio, a la salida del Tribunal Schwartz insistió en su inocencia y aseguró que “nunca sería capaz de hacer algo así. No tienen idea del daño que me hicieron a mí y a mi familia”.
Inmediatamente, el ex edil fue trasladado a la Unidad Penal VII de Puerto Rico, donde se halla alojado desde hace un año.

La acusación 
Schwartz fue denunciado el 20 de septiembre 2016 por una de sus hijas, quien acudió a la Comisaría de la Mujer de El Soberbio luego de que su hija, entonces de 14 años, le contó que su abuelo la violó en dos ocasiones.
El relato de la menor despertó los peores recuerdos de su madre, la que luego aseguró que cuando era una niña también fue víctima de su progenitor.
El disparador de la confesión de la menor habría surgido en la previa a su cumpleaños de 15, cuando se negó a invitar a su abuelo y le contó a su madre lo que había padecido cuando tenía cinco años. La volvió a violar cuando tenía ocho o nueve años, recordó.
Como contrapartida, tanto Schwartz como sus familiares más cercanos basaron la defensa en la hipótesis de una denuncia por venganza luego de que se negara a costear los gastos de la fiesta de 15 de su nieta.
Más allá de dicho argumento, lo cierto es que en la Cámara Gesell y en varias entrevistas con una psicóloga la menor detalló los abusos y su relato fue convincente.
De todas formas, contrario a la opinión de la fiscal Salguero, para los integrantes del Tribunal no se probó el acceso carnal.
Ya en su alegato, el defensor Roberto Boilini opinó que “no se acreditó el acceso carnal” y consideró que “semejante pena (los 19 años solicitados por la fiscalía) debe tener un respaldo. No alcanza con la simple declaración de una persona”, subrayó.
Luego el Tribunal resolvió analizar la grabación de la Cámara Gesell y su contenido incidió en el veredicto que se conoció en la víspera.

Los dos abusos 
Según la víctima, a los cinco años fue violada por primera vez por su abuelo y el hecho se habría perpetrado en un camping, donde vivían. La segunda vez tenía ocho o nueve años, declaró, y para entonces residían en una propiedad ubicada sobre ruta provincial 2.
“Por lo general estos casos suceden puertas adentro, sin testigos. Por eso cobra relevancia los dichos de la víctima (…) La menor declaró: ‘mi abuelo abusó de mí cuando tenía cinco años; fue una tarde, me dijo no cuentes a nadie. Mis tíos salieron a comprar y quedamos con mi abuelo a limpiar el camping’. En el segundo hecho: ‘estaba jugando en la pieza de mi tía y mi abuelo me dijo que vaya con él’”, detalló Salguero en su alegato del martes.
La madre de la menor es hija de una primera pareja de Schwartz, quien con su actual mujer tuvo más hijos, la menor de los cuales tiene la misma edad que la nieta que lo denunció.
Para Salguero, el argumento de la fiesta de 15 y supuestos celos hacia la tía fue “un relato muy bien aprendido por el acusado, su hijo y su esposa”.
Por su parte, la madre de la menor declaró que si bien fue víctima de su padre, durante más de dos décadas pensó que podría perdonarlo y confió que con su nieta revertiría la conducta que tuvo con ella.
Pero la chica creció, comenzó a entender las cosas y se dio cuenta de lo que había pasado.
“Fue entonces que le contó a su mamá y ella no dudo una palabra de lo que dijo su hija, porque el acusado hizo lo mismo con ella”, mencionó Salguero.

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Territoriodigital – Dani Villamea


Categorías: Noticias Policiales
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