Fiel a sus convicciones humanas y religiosas, el obispo de la diócesis de Oberá, monseñor Damián Bitar, manifestó su rotundo rechazo a la despenalización del aborto y subrayó que “podrán hacer todas la leyes que quieran. Podrán cambiar hasta la Constitución si quieren; pero legal o ilegal, el aborto siempre es un crimen”.
En el marco del tratamiento en el Congreso de la Nación del polémico proyecto de ley, la semana pasada en varios puntos del país se replicó la marcha del Niño por Nacer bajo el lema “A favor de la vida”.
“En todo el país se están organizando muchas celebraciones para sensibilizar a la comunidad y a los legisladores frente a este debate que se abre sobre la despenalización del aborto; debemos ser claros y sinceros: toda vida vale. Ni una menos, ni uno menos, desde el primer instante de la fecundación hasta el último momento de la vida. En resumen esa es la postura humana, mucho más cristiana”, reflexionó.
Opinó que “el aborto siempre es un crimen, porque es la destrucción de una vida. Es otra vida, pequeña e indefensa”.
Siempre atento a las problemáticas sociales, citó a un colega suyo: “En muy pocos lugares del mundo sigue existiendo la pena de muerte, ¿nosotros la vamos a establecer para los inocentes? Es una contradicción total”. Incluso, dijo que el debate mismo es contradictorio, porque “si vamos a debatir si hay que darle pena de muerte a los que secuestran, a los que violan, a los mafiosos y narcotraficantes, bueno discutamos, debatamos; pero debatir la muerte de inocentes en el seno materno y hacerlo legal, eso es realmente una derrota humana”. Instó a toda persona de buena voluntad, cristiana o no, a priorizar la vida, ya que el debate trasciende lo religioso. Y destacó el aporte de madres que en algún momento pensaron en abortar y “que hoy dicen menos mal que lo tengo en mi brazos, debemos apasionarnos por la vida, desde el comienzo hasta el fin”.
Por Daniel Villamea
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