Esto fue confirmado por personal tanto telefónico como de forma online donde aclararon “esta convocatoria es solo para las estatales” precisando además que los estudiantes del sector privado dejarán de cobrar a diferencia del plan anterior.
No necesariamente, un alumno que estudia en una universidad o instituto arancelado posee una condición socieconómica elevada. En ciudades como Oberá y otras similares, la oferta pública es limitada a ciertas carreras, por lo que estudiar una diferente (por ejemplo medicina o abogacía) implica irse a otras provincias o pagar cuotas incluso muy altas.
Y es así que en el nuevo listado no aparecen las facultades Dachary, Ipesmi, Instituto Saavedra, Instituto Linneo, UCAMI, Fundación Barceló (medicina – Santo Tomé); entre otras donde los alumnos venían percibiendo la ayuda estatal. Otra dato curioso es que la carrera de medicina tampoco aparece en el listado, siendo que, al menos en esta región de país, faltan galenos (debería considerarse una del tipo “estratégica”), la única pública en el NEA no satisface la demanda y las dos privadas quedan fuera del régimen.
El nuevo régimen de becas estimula aquellas carreras consideradas estratégicas imitando, en parte, las Becas del Bicentenario del sistema anterior que eran otorgadas solo para las estatales, mientras que en las generales del “Progresar” se le abonaba también al sector privado.
En cuanto al nuevo sistema ahora solo para las públicas, tendrá montos más elevados que suben de acuerdo al mérito exigiendo aprobar cada año más de la mitad de las materias anuales; además se premia a quienes aprueban en un año la totalidad de las asignaturas del año correspondiente. Tercero, las becas estimulan particularmente las carreras universitarias que importa promover, como, por ejemplo, las orientaciones científicas y de ingeniería, la carrera docente y también la enfermería.
En el 2015 en Argentina hubo 125 mil graduados universitarios, de los cuales nada menos que 55 mil correspondían a las denominadas ciencias sociales. Al mismo tiempo, era claramente notoria la escasa graduación en carreras como Biología, Física, Matemática y Química, con un total de apenas 2,9 mil graduados, mientras que al mismo tiempo graduábamos 19 mil abogados.
El grueso de los graduados en carreras científicas y tecnológicas está a cargo de las universidades estatales, ya que, por ejemplo, el 90% de los graduados en las cuatro carreras arriba indicadas correspondían a universidades estatales. Mientras que las universidades estatales gradúan 22,4 biólogos, físicos, matemáticos y químicos cada 100 abogados, en las universidades privadas esta relación es de apenas 4,3 cada 100, ya que gradúan 7 mil abogados y 303 científicos.
Es decir, las universidades privadas graduaban apenas el 10% en estas importantes carreras, razón que podría explicar en nuevo régimen de becas nacionales.