Este, el 2018, es para Oberá un año significativo ya que se cuenta calendario 90 años de vida institucional desde su fundación el 9 de Julio de 1928. Tanto como para ir señalando hitos sociales y culturales que confirmen la voluntad de los obereños en “hacer algo por su ciudad” damos espacio a inquietudes y concreciones que justifiquen aquello que repetimos de que Oberá contaba y cuenta con calificado material humano. Un pequeño homenaje rumbo a los 90 años ciudadanos que repetiremos en próximas ediciones.
Inmigración y colonización
Próximo a cumplirse los 90 años de Oberá y en oportunidad de celebrase un 9 de Julio la fundación de la ciudad, el entonces Ministro de Asuntos Agrarios, Albino Szychowski, en representación del Gobierno Provincial, expresó interesantes conceptos en relación a la ley que permitió el ingreso de inmigrantes y la posterior colonización de estas tierras misioneras, así como del significativo aporte de los inmigrantes que en se radicaron en Yerbal Viejo: “…Se cumple hoy 193 años desde la fecha en que el presidente Nicolás Avellaneda promulgó la ley Nº 817 de inmigración y Colonización. Ley generosa, sabia y visionaria que impulsó el progreso argentino. La figura del inmigrante es la del hombre que no muere, es el espíritu del pasado del país que en alguna medida sirve de guardián de su futuro, calado por los aguaceros, por el viento norte, por el olor polvoriento y seco de la tierra colorada, encarna los misterios que a la oración en derredor de los fogones conjugan leyendas de estas tierras con milenarias historias del viejo continente y allí, junto al símbolo de unión, el mate programa las tareas para cuando con el sol de la mañana y el trinar de los pájaros, monten el caballo, símbolo de libertad o aten a la canga a los viejos bueyes, para abrir el surco de la tierra virgen donde el grano germinará con la fuerza y pujanza de su propio vigor.
La celebración de hoy no es un acto protocolar más (…), es un acto de justicia y de homenaje a los inmigrantes que vinieron a colonizar estas tierras. De agradecimiento a los pioneros de todas las razas y de todas las nobles actividades que con sus esperanzas y con su optimismo, con sus sacrificios y renunciamientos, con tenacidad y visión de futuro, convirtieron a la selva impenetrable en magnífico emporio y dieron al país un fruto maravilloso, la férrea voluntad puesta al servicio de un ideal. A los que para venir atravesaron mares y tierras y llegaron hasta Misiones con su lenguaje ininteligible, sus carruajes y atuendo típicos y abriendo picadas inauguraron el camino hacia el progreso, vaya hoy nuestro saludo agradecido y el deseo ferviente de que cuantos llegan hoy o llegarán mañana, continúen en la senda de confraternidad humana, con miras a ampliar la familia argentina(…) Innumerables familias de procedencia sueca, alemana, japonesa, italiana, paraguaya y de tantas otras, convirtieron a esta hermosa provincia en un crisol de razas. Transformaron a fuerza de machete y arado la selva indómita en un vergel…”
Centro Recreativo Juventud y Biblioteca Almafuerte
Una Institución que descolló en el mundo social de Oberá del ayer, fue el Centro Recreativo Juventud, la causa: la falta de un club que contuviese a la juventud en tiempos de una comunidad encasillada en el trabajo como sucede en los pueblos en franca evolución, por ello, hasta hoy, ya desaparecido el club- hay memoriosos que recuerdan al Centro con cariño.
El Centro Recreativo Juventud se ganó un lugar de privilegio entre los obereños de ayer, es que la entidad fue muy bien recibida por el pueblo ya que a él concurrían, sin distinción de posición social, económica o religiosa.
Todos se agrupaban masivamente en sus instalaciones para participar de todo lo que allí se hacía. Es de destacar que contaba con un gran escenario, único y muy codiciado en aquellos tiempos donde se realizaban veladas de los colegios secundarios y también en él actuó e grupo teatral “El Piolín”. Por todo ello creció mucho en su viejo edificio de la calle Córdoba y marcó un tiempo en la sociedad obereña.
Su historia
Acta Nº 1: En Oberá a los cinco días del mes de mayo de mil novecientos cuarenta y uno, siendo las veintiuna treinta horas, en el domicilio del señor Marcos Aguirre, reunidos los señores Francisco Méndez, Agapito Acevedo, Antonio Machuca, Marcos Tamis, PedroTomás Alegre, Esteban Ronasson, Avelino Lima, Francisco Guastavino, Eduardo Acevedo, Pedro Ocampo, Casimiro Martinez, todos de común acuerdo resuelven: constituir un Centro Recreativo Social, al que denominarán “Centro Recreativo Juventud” con el propósito de estrechar la unión de la juventud, realizando pic-nics, bailes, y demás fiestas sociales. Su primer presidente provisorio fue Francisco Méndez, Vicepresidente: Agapito Acevedo, Secretario: Francisco Guastavino, Prosecretario, Avelino Lima. Vocales: Antonio Machuca y Marcos Aguirre.
El 1º de junio de 1941 se realiza una Asamblea General Ordinaria en la cual se aprueban los estatutos sociales que regirán los destinos de la incipiente institución.
El 29 de abril de 1942 y según acta Nº 41 el presidente, Dr. Manuel Ignacio Rodríguez propone la conveniencia de anexar la sección deportes y crear una biblioteca en el Centro, lo que se aprueba, resolviéndose denominarla “Almafuerte” de ahí que entonces se modifique el nombre del Centro que pasó a llamarse “Centro Recreativo Juventud y Biblioteca Almafuerte.
(Transcripción del libro “La Sorprendente Oberá” de mi autoría, páginas 160/1)
Primera “Pista de Aterrizaje”
En 1937, Carlos J. Petterson (foto) tuvo la iniciativa de construir una “pista de aterrizaje” en Oberá, bajo los auspicios del Aero Club Posadas. Se constituyó al efecto una comisión que quedó integrada, además de Petterson, por Adolfo
Lindström, Leo Lutz, Luciano Blanchard y Oscar Petrini, por su parte los vecinos Aurelio Bárbaro y herederos de Juan Ortt, contribuyeron con la extensión de tierra necesaria para la pista. Aunque la pista no estaba terminada, el 25 de mayo de 1938, aterrizó por primera vez un avión de Posadas para transportar de urgencia a un enfermo
La pista se concluyó en octubre y se inauguró el 6 de noviembre de 1938 con un gran festival aeronáutico.
Así nació el Aero Club Oberá. El primer hangar del Aero Club Oberá estaba ubicado en la calle España esquina Ángel Peñaloza.
Mediante la solicitud del vecino Víctor Melo de colocar una placa recordatorio donde comenzó su actividad el Aero Club Oberá, a propuesta de la Junta de Estudios Históricos, el Concejo Deliberante local por Ordenanza Nº 1980, declaró como Lugar Histórico de la ciudad a la primera pista de aterrizaje. Desde entonces y hasta la actualidad esta emblemática institución ha estado ligada al sentimiento obereño por lo que este reconocimiento tiene un alto valor emotivo y de justicia.