“Es cosa de todos los días”, critican los pobladores. | Foto: Daniel Villamea

Todos los días, a primera hora de la mañana o a la tardecita, una densa humareda avanza sobre un amplio sector de esta localidad, con epicentro en Caballeriza, Villa Lindstrom y Londín.

Se trata de las consecuencias de la quema de ramas y otros residuos que se realiza en el predio de la cantera municipal, una situación varias veces denunciada por los vecinos más afectados.
“La situación es verdaderamente insoportable porque vivimos respirando el humo que nos mandan desde la propia Municipalidad, cuando supuestamente está prohibido hacer quemas”, lamentó Eugenio Bianco, vecino de Villa Lindstrom.
Las gestiones por una solución a esta irregularidad no dieron resultados satisfactorios. “Ya mandamos notas al Ejecutivo y al Concejo Deliberante, pero no tuvimos ninguna respuesta. A lo sumo, un tiempito dejaron de quemar, pero volvieron a hacerlo y es cosa de todos los días”, cuestionó.
Asimismo, anticipó la intención de contactar a la defensora del pueblo, Patricia Nittmann, para canalizar el reclamo comunitario de varios barrios.
La problemática denunciada por los vecinos se suma a la proliferación de microbasurales en diferentes sectores de la ciudad, lo que potencia el riesgo de enfermedades y contaminación ambiental.
Más allá del servicio municipal de recolección de residuos que alcanza a todos los barrios, por comodidad mucha gente tira la basura domiciliaria en espacios verdes y baldíos, incluso cerca de sus propias casas.
Barrios como Cien Hectáreas, Villa Torneus, Tres Esquinas, Villa Cristian y Picada Vieja albergan gran cantidad de micro basurales, los que constituyen verdaderos focos de infección.
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