Las últimas horas del 2017 se convirtieron en un verdadero suplicio para los obereños, ya que luego del apagón de 12 horas que se registró el viernes, hasta entrada la tarde del domingo varios sectores de la ciudad padecían la falta de agua potable.
En ese contexto, la defensora del pueblo de Oberá, Patricia Nittmann, reclamó información a la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo), prestataria de ambos servicios en la ciudad.
El viernes, mediante una nota, Nittmann solicitó una audiencia en “carácter de urgente”, para obtener “un informe de la real y actual situación de los servicios de prestación de energía eléctrica y agua potable, considerando que los cortes que hemos sufrido en las últimas 48 horas, afectó en gran medida a nuestra comunidad y son muchos los vecinos que se vieron altamente perjudicados”.
En tanto, en conferencia de prensa, ayer el presidente de la Celo, Carlos Ortt, dijo que “esto ha sido responsabilidad de Emsa, el corte de luz tan prolongado que nos puso en una situación difícil. Mucho escapa a la responsabilidad de la Celo y tratamos de prevenir problemas con acciones de mantenimiento, pero básicamente el problema de la energía es de Emsa, que deriva en problemas de agua y teléfono”.
Respecto de la provisión de agua potable, explicaron que se rompió un caño del acueducto y tras varias horas sin bombeo, hubo problemas con la presión. Por ello, subrayaron la colaboración del cuerpo de Bomberos Voluntarios, quienes trasladaron agua a los barrios más altos, tal el caso de Cien Hectáreas, Londín, San Miguel y Las Lomas.
La gerente de agua potable de la Celo, Silvia Pellegrini, reconoció que se presentan problemas con el bombeo del arroyo Bonito debido a la sedimentación.
Por su parte, el gerente técnico Marcos Sartori indicó que “la solución estaría con arreglar la limitación en la Estación de Tres Esquinas o poner en marcha la estación transformadora de Oberá 2, sobre ruta 14”.

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