No es la primera vez que empiezo un libro por el final…. Y que lo sigo leyendo de atrás para adelante! Me refiero al libro que presentó en la 40 Edición de la Feria, “OCHO POR OCHO” (Mi lugar… y el de otros) la escritora Elsa Fabiano Cantero, o sea, “Chita Cantero”. Sucedió lo que creo que todos hacemos cuando tenemos un libro nuevo en las manos: examinarlo desde la tapa y contratapa, porque los diseños son parte de la atracción que hacen del libro un objeto llamativo; luego la Editorial (importa mucho el cuidado en el texto) ; y terminamos buscando el Indice temático con sus títulos. El libro de Chita tiene ese Indice, por supuesto, y al repasarlo, en el último capítulo, presenta nada menos que un racconto de los juegos de la niñez! Algo atractivo de por sí, que dice mucho de “ nuestra niñez” … con muñecas, rondas, plazas, aire libre; de los juegos que jugamos en compañía y que seguramente todos “los de antes” hemos jugado : La gallinita ciega, la rayuela, las estatuas, el gato y el ratón, saltar a la cuerda, más una serie de rondas que todos cantábamos: juguemos en el bosque, a la lata al latero, la farolera…. En fin, repasar estos juegos de nuestra niñez, es como revivirlos con cierta nostalgia. Imposible, entonces, no empezar a leer el libro por el último capítulo!
Por supuesto, luego de leer el capítulo final, empecé por el principio y encontré el motivo del libro: contar historias de barrios, de una Posadas añeja, en género “ novela vanguardista” –aclara la autora- a través de un personaje, Greta, de quien ella se encarga de decir, que es un nombre inventado, que Greta no es Greta… Es que en realidad Greta es la autora que encara su propia historia a través de una tercera persona, como si quisiera verse de lejos, objetivar lo que vio y vivió. Porque Chita ama demasiado su pasado , (recordemos “Corpus con ojos de niña”) y su entorno, y si bien para ella es un placer recordar, pretende mantener distancia de los hechos vividos dándole protagonismo a Greta, que es el personaje encargado de reconstruir el pasado barrial. “Cuando el barrio se entera de que Greta reconstruirá el pasado barrial…con anécdotas y recuerdos desde su adolescencia, todas las mujeres y ciertos hombres quisieron ser parte de esta historia”. Igualmente la autora, a pesar suyo, se involucra en las historias que cuenta Greta y en la medida que avanzan los capítulos, mecha sus propias vivencias en recuadros que van apareciendo en el libro y que son como un oasis para el lector. En ellos Chita agrega su propia historia que es la historia de quienes fueron sus contemporáneos. Así pasan por nuestros ojos los vecinos inolvidables, los hechos históricos del barrio, las amigas, y la década del 50, una década donde la política nacional e internacional le dan a los recuerdos un toque muy especial: basta nombrar a Perón, La Revolución Libertadora; Castro y Cuba…

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Categorías: Columnas de Opinión
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