Ante recientes espectáculos, desgraciadamente muy promocionados y estandarizados que en lugar de conservar ese rictus de circunspección elemental para proteger investiduras servidas popularmente pasó a transformarse en un show mediático solo comparable al que mueve en la pantalla grandes multitudes ávidas de solazarse con exabruptos previamente acordados o, en todo caso, el desmadre de barras bravas, renuentes a aceptar impotencias profesionales de sus ídolos o caída de su bandera en el más popular de los deportes, recordamos aquello que, como niños de otros tiempos nos provocaba la versión de Caperucita roja y el Lobo Feroz disfrazado de abuelita aunque, razonando adultamente y como corresponde, nos asiste la duda de ubicar correctamente tanto a los Caperucita como a los Lobo Feroz de la versión 2017.
Lamentable por cierto y que nos recrea la imagen de “país bananero” que nos adjudicaran como consecuencia de esa pasión desenfrenada que, cuando la desviamos del rumbo acertado o cuando la obligamos a desechar conciencia a ultranza, nos hace perder la cabeza cuando más necesitamos de ella.
Lamentable por cierto no solamente por el efecto cascada que pueda producir dentro y más allá de nuestras fronteras, sino por la profundización de la llamada “grieta” ¡ah, ese ingenio latino! .
Lamentable por cierto para quienes fueron protagonistas de la jornada y que en lugar de utilizar términos adecuados a su delicada función se vieron cegados por esa pasión desenfrenada y algunos de ellos recurrieron hasta el insulto y la crítica irónica hacia el adversario.
Lamentable por cierto si es que hubo quienes pensaron utilizar tan desafortunada sesión para llevar agua a su molino en función de captar votos para las Paso.
Lamentable por cierto para la democracia esta incursión por sobre otro poder que tiene como función “arreglar cuentas” con quienes hayan cometido delito.
Lamentable por cierto que existiendo tantas urgencias de la gente éstas pasen a segundo plano para dar cabida a un debate que más se asemejó a campaña política.
Lamentable por cierto para los integrantes del Cuerpo que se rigen por la ética y la experiencia, desbordadas en la ocasión.
Y, una vez más, resaltamos el vivir en paz y armonía en Oberá y esta Misiones, algo que vale la pena.
…no es para mal de ninguno sino para bien de todos.
Hace varios años atrás comencé a escribir este que pretende ser un libro, que hoy queremos mostrar porque en algo tiene relación con el tema anterior. El título de la primera parte es: “Nuestra Señora de los Buenos Ayres”
¿Cuáles fueron los motivos de esa pretendida publicación.
A manera de prólogo: El acto eleccionario de la jornada cívica del 14 de mayo de 1995, tiene que ver con la decisión de presentar esa fecha como un punto referencial ideal para una introspección del comportamiento del hombre argentino, el que, a través de su historia política contemporánea generó la más retorcida urdimbre institucional, tal vez como consecuencia de su temprano enraizamiento con hombres de lejanas tierras a los que puso primero como modelo y luego invitó a su suelo, suelo que por tal decisión debió, a partir de entonces, marchar de atrás tratando de reivindicar comportamientos que no provocó, entablándose una sorda lucha, amenguada hoy, pero aún vigente, que constituye un caldo de cultivo para que nuestras generaciones de argentinos se vayan conformando con ser meros espectadores aún ante las más insólitas situaciones, producto de una herencia cuyo patrimonio así fue forjado.
Hallar el porqué de esa indefensión que le adjudicamos al hombre entonces y tratar de averiguar como se produce, para lo cual, incursionando en una suerte de túnel de los tiempos, iniciaremos un largo viaje que parte del principio del siglo XX, y en el que pretendemos desenterrar tiempos vividos.
En todo caso nos conformamos con haber abierto un rumbo en una investigación que nos compromete a todos, máxime teniendo en cuenta que el argentino de la segunda mitad del siglo, emprende la tarea de despegar en plenitud y sin ataduras todo ese rico potencial humano que, al margen de los resultados obtenidos, estaba durmiendo el sueño de los justos, por lo que todo esto aparece como un laboratorio que procesa comportamientos y resultados y que nos permitirá -eso esperamos- ir dibujando rasgos de una identidad nacional algo que ha pasado a ser una deuda pendiente.
La Reivindicación Criolla
Descendientes de aquellos conquistadores españoles que consideraban a sus hijos en menos y los postergaban en más por haber sido concebidos en vientre aborigen hasta que el vizcaíno Juan de Garay, emulando a Diego de Rojas, les abrió puertas hacia el mar, refundando con ellos Buenos Aires en 1580, debieron esperar tres siglos para revertir un estado de cosas que les impedía hacer de esa su tierra natal un país soberano e independiente.
La sangre criolla les hervía en las venas, entre libros e ideas de más allá de los mares a los que tenían acceso mediante los institutos docente de Córdoba Chuquisaca y La Paz, ese hervor mostraba picos en combustión y como la hoja seca que espera el fósforo, este llegó a través de Napoleón invadiendo España y, con valor, convicción y audacia -lo que no les faltaba- pudieron desatar los nudos generacionales que los aferraban a la madre patria, asumir protagonismo y más tarde realizar el sueño de construir «su» país, hacerlo independiente entre otros motivos importantes para poder darle identidad nacional al proyecto del general San Martín y su ejército libertador consolidando fronteras y -además- cerrar el ciclo de dominación española que ya se les hacía insoportable.
Por cierto que toda aquella intelectualidad adquirida en los claustros universitarios citados y la necesidad de cambio que les parecía urgir conformó una sociedad que se nutrió de un fuerte liberalismo y contó con logias masónicas que, junto al catolicismo vigente y al conservadurismo a ultranza comienzan una fuerte lucha de ratificación de población y fronteras que llega a su punto máximo en el siglo XIX.
De todas estas vertientes y del extraordinario aporte inmigratorio a partir de las invasiones inglesas (1806/1807) sucedido el 25 de Mayo de 1810 y finalmente la declaración de la independencia el 9 de julio de 1816 º
Sigue desarrollando estos títulos:
Liberalismo-masonería-ley 1420- matrimonio civil-la iglesia se hace imprescindible…..
…la mujer sin voto pero pilar de caridad y beneficencia partiendo de la docencia en tiempos del malón-las elecciones de fin y principio de siglo- el gremialismo importado (la mujer en las fábricas-los hombres punteros políticos del «dotor»)
LA INDEPENDENCIA (1806/ 1816) La patria quiere nacer y sacarse cuanto antes la máscara de Fernando VII. Todo indicaba que las condiciones para que se alzase “a la faz de la tierra una nueva y gloriosa nación” no estaban dadas, ni mucho menos, sin embargo los guiños de la historia hacen posible el nacimiento. ¿Independientes? Veamos que está pasando en aquel año de 1816…
1816. COMIDA, OCIO, INDEPENDENCIA E HISTORIA
«…se come bien – hay una faena diaria de 300 vacunos- pero faltan legumbres, leche. Carne, galleta y mate, hacen la dieta lógica del porteño (…) El esparcimiento público tiene su centro en el Retiro y en el ruedo que allí se levanta (…) En Buenos Aires el furor lo hace la Lotería. Se juega los martes frente al Cabildo y con numeroso público. Los números, «cédulas»- se venden durante la semana en las esquinas. Un suceso pintoresco es comidilla porteña, se escapa un mono perteneciente a la familia Morel -Que vive frente al Cabildo- y al invadir el mercado y campamentos de negras que venden patas de vaca cocidas, chicha, tortas, y huevos, origina un desorden descomunal (…) En marzo el país teje la urdimbre de una nueva vida y declara abierto el Congreso de Tucumán «La independencia no es soplar y hacer botellas» escribe el diputado mendocino Godoy Cruz al coronel San Martín y recibe por respuesta «Mil veces más fácil es hacer la independencia que el que haya un solo americano que haga una sola botella» (…) El joven militar que acaba de ser padre en Mendoza de una niña a la que pone de nombre Merceditas, no escapa a una pasión del momento «entusiasta del toreo» dicen las crónicas y en sus momentos libres asiste al espectáculo (…) Para que los recientes “argentinos” comiencen a conocer su pasado, el deán Gregorio Funes decide publicar la primera Historia Argentina de que haya conocimiento hasta esos días.»
1820. «LA VISTA DE BUENOS AYRES, desde su rada y el desembarcadero, no ofrece nada de placentero. Una larga hilera de edificios bajos e irregulares… le daría el aspecto de una población pequeña, si no fuera por dos o tres torres de iglesias (…) Está dividida en cuadras, unas pocas calles están pavimentadas y otras mantienen lodo o agua profunda… hay dos o tres hoteles ingleses, con mesas para el público y abundante comida a dos pesos por día. El agua se vende diariamente en la ciudad (…) las mujeres de clase superior visten muy bien y según las modas europeas (…) Los porteños son afectos a la sociedad. El baile es allí, como en otras ciudades de ese país, una diversión favorita y tienen un pequeño teatro…. (Peter Schmidtmeyer- (inglés) «Viaje a Chile a través de Los Andes»