Cuando la asesinaron, Selene Aguirre tenía dos años y cuatro meses de vida. Padecía una seria discapacidad y ni siquiera se sentaba ni comía sola. Tampoco hablaba, no podía pedir ayuda ni contar quién o quiénes le pegaban. 
Era un ser indefenso y la mataron a golpes. Según la autopsia, Selene sufrió fractura de cráneo con hemorragia interna que derivó en un paro cardiorrespiratorio y ocasionó su deceso.
Los médicos del Hospital Samic que el 29 de enero del 2015 recibieron su cuerpo sin vida quedaron horrorizados al comprobar las huellas de las palizas que recibió la criatura, ya que padecía hematomas y excoriaciones en varias partes de su frágil cuerpo.
Había marcas antiguas y otras recientes, lo que confirmó el infierno que padeció la víctima. Incluso, identificaron lesiones compatibles con quemaduras de cigarrillos.
Los acusados por el brutal homicidio de Selene son su madre Victoria Aguirre (24) y su ex concubino Rolando Lovera (33), quienes ayer afrontaron la primera jornada del juicio oral y público que se desarrolla en el Tribunal Penal Uno de esta localidad.
El debate retomará el lunes y se extenderá hasta el jueves con la declaración de los 34 testigos citados. Se presume que el próximo viernes se leerán los alegatos y podría conocerse la sentencia.
En la víspera, los dos acusados prestaron testimonio y se deslindaron de las acusaciones.
Aguirre precisó que convivieron por apenas 28 días y al principio Lovera se mostró “amoroso”, pero el 21 de enero del 2015 los padres del sujeto salieron de vacaciones y les pidieron que cuiden su casa.
Desde ese día, según la mujer, ella y su hija fueron rehenes de su ex, quien las golpeaba y amenazaba de muerte. Además, dijo que la sometía sexualmente.
Por su parte, el acusado comentó que ella le decía que su familia la despreciaba por la enfermedad de su hijita y que sus padres golpeaban a la nena. Afirmó que nunca la tuvo retenida contra su voluntad y que hay testigos de ello.
En tanto, sobre las marcas que tenía Selene, dijo que notó algunos moretones, pero que Aguirre justificaba diciendo que era propio de los golpes que sufría durante las convulsiones que supuestamente padecía.

Grave acusación
Sobre la progenitora pesa la acusación de homicidio calificado por ser cometido contra su descendiente, mientras que al sujeto se le imputa el delito de homicidio simple.
La jornada de ayer comenzó con la lectura de la acusación de la fiscalía, donde se detallaron los hechos de la instrucción que derivó en la imputación.
Según el expediente, Aguirre y Lovera habrían golpeado a Selene en diferentes partes del cuerpo y le ocasionaron serias lesiones, hasta que el 29 de enero del 2015 le produjeron la fractura de cráneo y una hemorragia interna que ocasionó su muerte.
También se corroboró que la tragedia pudo haber sido evitada, ya que apenas 48 horas antes la criatura fue ingresada a la guardia del Hospital Samic y la profesional que la atendió recomendó su internación, pero la madre y su concubino se negaron y se retiraron tras firmar el alta médica.
La doctora Ana Zalazar comentó que el 27 de enero la madre argumentó que tenía una reacción alérgica en una mano, pero le llamó la atención los hematomas en el rostro, tronco y miembros inferiores. Aguirre dijo que las marcas se debían a una caída de su carrito de transporte.
El 29 volvieron a la guardia, pero Selene llegó sin vida. La pequeña presentaba múltiples lesiones y heridas en la cabeza. Por momentos, la madre decía que le dio un ataque y en otros que se cayó.
La víctima tenía hematomas múltiples y lesiones compatibles con quemaduras de cigarrillos, declaró la doctora Lilian Godoy.
En consecuencia, para la fiscalía surgen elementos de convicción y se encuentra acreditada la responsabilidad de los acusados. Según las pericias, ambos acusados comprenden la criminalidad de sus actos. Sobre Aguirre se destacó que se trata de una “personalidad compleja” y que Lovera muestra “falta de arrepentimiento y culpabilidad por los hechos”.

La versión de Aguirre
Desde que se sentó en el banquillo de los acusados, Aguirre no paró de llorar. Contó que antes de ser detenida cursaba la carrera de magisterio y sus padres la ayudaban a criar a Selene, ya que a los 19 años quedó embarazada de una pareja anterior que nunca se hizo cargo de su hija.
“A los seis meses tuve pérdidas y después ningún problema. Tener mi beba fue lo mejor que me había pasado en la vida”, remarcó entre llantos.
Una vez detectado el problema de salud de la niña, los médicos le dijeron que con suerte viviría un año. “Me hice muchísimas ilusiones con mi hija. La veía crecer, hasta que conocí a ese infeliz”, agregó apuntando a su ex.
Mencionó que primero fue una persona muy cariñosa y durante seis meses se veían los fines de semana, hasta que el 31 de diciembre del 2014 decidieron ir a vivir juntos a un departamento de Erasmie y Sargento Cabral.
“El 21 de enero la mamá de este infeliz nos pidió que le cuidemos la casa porque se iban de vacaciones. La primera noche me pidió que nos quedemos en la arenera donde trabajaba de sereno. Le agarró las piernas a la beba y le soqueó. Le dije que no haga eso y me contestó que le estaba culpando a él por la enfermedad de ella. Yo no tenía a donde ir, no sabía qué hacer. Al otro día nos llevó a la casa de su mamá y nos encerró”, detalló.
Aseguró que las maltrataba, golpeaba y amenazaba de muerte. “Cuando la mamá se fue de vacaciones se transformó en un monstruo. En esos días quería tener relaciones sexuales y yo le tenía terror, pero me decía que si no estaba con él, iba a matar a mi hija”, agregó.
Dijo que el 26 fueron a un negocio de Tres Esquinas y le pidió auxilio a un conocido de su papá, pero el sujeto la subestimó. En este punto, la fiscal le preguntó porque no gritó o escapó si estaba en un lugar público, a lo que respondió que estaba paralizada por el miedo.
Al otro día fueron al hospital por un supuesto arañón de un gato en la mano de Selene que se infectó. “La doctora no creía y él la amenazó”, aseguró.
Mencionó que el día 28, Lovera la dejó encerrada con su hija en el auto de un amigo. Según sus dichos, ninguna de las puertas del coche abría desde adentro ni se bajaban los vidrios, lo que luego fue desmentido por el acusado.
Al otro día halló muerta a su hija y culpó a su ex, aunque no supo precisar en qué momento ni cómo golpeó a la criatura.

Habló Lovera
El acusado explicó que se conocieron cuando trabajaba en la empresa de transporte urbano. “Ella me contó que la familia la despreciaba por la enfermedad de su hija. Decía que sus padres le golpeaban a la nena”, afirmó.
“Selene era una criatura maravillosa a la cual aprendí a querer. No soy un asesino. Tengo cinco hijos”, agregó con la voz quebrada.
Desmintió que las haya golpeado y mantenido recluidas, como también que forzó a la mujer para mantener relaciones sexuales.
“Ella era libre. En el lugar donde alquilábamos había muchas personas, hasta policías. También vivía la dueña. Nosotros estábamos al fondo y había que pasar varios departamentos. Las ventanas no tenían rejas. Ella se daba con los vecinos, iba al mercado”, graficó.
Dijo que nunca vio que Aguirre golpeara a su hija, pero “no era normal el trato que le daba. Y me decía que yo no me podía meter porque no era el padre”.
“Decía que los hematomas eran normales porque los chicos que convulsionan se pellizcan y golpean. Pero nunca la vi que convulsionara. Un día en casa de mis padres escuché que Selene lloró y le pregunté qué pasó, me dijo que se cayó del carro y ahí se le cayó la computadora en la cabeza. Tenía un chichón. Me dijo que no hacía falta llevarla al médico”, testificó.
Confirmó que el 27 fueron al Samic, pero desestimó que haya intimidado a la doctora.
Sobre el día del deceso, negó que haya tenido encerrada a la víctima y su madre.
“El 29 me fui a mi trabajo en colectivo y Victoria llegó después. Selene tomó el yogur, la tuve en brazos porque lloraba y se durmió a las 2 de la mañana, fue la última vez que la vi con vida. Más tarde salí para hacer una recorrida y afuera estaba Victoria. Me preguntó dónde está Selene y le contesté que dormía. Después me dijo que se quería ir. Se fue en remís y yo me fui en moto. Cuando llegué al departamento escuché gritos. Decía que Selene no respiraba. Fuimos al hospital en la moto, las dejé y volví un rato a la arenera porque llegó un camión para descargar. Fui otra vez al hospital y me dijeron que Selene había muerto”, explicó.
Según el acusado, su ex le dijo que la nena se cayó cuando estaba tratando de reanimarla. Después la mujer le dijo que enseguida se irían a la casa, pero quedó detenida.
Sobre los dichos de la curandera, dio entidad al hecho de que en una de las consultas Aguirre apretó contra su pecho la boca de Selene para que parara de llorar.
“Cuando la señora Dino o mi mamá la alzaban ella tenía paz, dormía. Se sentía tranquila en los brazos de otra persona”, reflexionó.
Tras reiterar su inocencia, recordó que una pareja anterior tenía un hijo con retraso madurativo y él solía cuidarlo.

La curandera

Entre los testimonios dados a conocer ayer por lectura, se destacó el de Juana Dino, vecina de la familia Aguirre que en los días previos al deceso observó que la menor presentaba lesiones.
Contó que conoce bien a la acusada porque se crió con sus hijos y la calificó como una buena chica, pero agregó que luego comprobó que maltrataba a su pequeña.
En su calidad de la curandera de barrio, precisó que vio tres veces a Selene para hacer un “vencimiento porque la criatura lloraba mucho”, al tiempo que indicó que Lovera “sólo la acompañaba, no se metía”.
“Yo le alzaba y ella no lloraba, pero sí cuando le alzaba la mamá. Tenía muchas cicatrices y me enojé con Victoria porque la golpeaba. Yo le decía que sola no se podía golpear de esa manera, si ni se movía. El hombre que estaba con ella (por Lovera) le dijo que cuente la verdad”, declaró.
Incluso, mencionó que en un momento la progenitora le “metió una toalla en la cara de la nena para que deje de llorar y le dije que era muy violenta. Las tres veces que me fue a ver le dije que le lleve al doctor a la nena”.

A sala repleta, con cánticos y seguridad reforzada
OBERÁ. Tal lo previsto, la primera jornada del debate fue seguido por integrantes de organizaciones sociales y de género que piden por la liberación de Victoria Aguirre, a quien consideran una víctima de violencia y acusan a Rolando Lovera por el homicidio de Selene.
Así, el debate se realizó a sala llena y una veintena de personas siguieron las instancias en la vereda del Tribunal Penal con cánticos y un parlante.
En la previa, personal del Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II tuvo a su cargo la requisa de los participantes, dando con un cuchillo y un gas pimienta. Estos elementos eran portados por dos mujeres afines al reclamo por la inocencia de Aguirre.
Asimismo, en varias ocasiones de la jornada la presidenta del Tribunal, Lilia Avendaño, pidió calma a los presentes y alertó sobre la posibilidad de desalojar la sala, ya que algunas personas interferían con sus exclamaciones.
También se registraron varios incidentes menores, tanto en la sala como en el pasillo, cuando familiares de Aguirre e integrantes de las organizaciones increparon a Lovera. Lo tildaron de asesino a viva voz en más de una ocasión.
También la madre de la acusada lo insultó durante el primer cuarto intermedio. En cambio, la familia de Lovera exhibió una postura con mayor cautela.
Al final de la primera jornada, la secretaria del cuerpo reiteró la necesidad de mantener las normas de conducta durante lo que resta del debate.
En tanto, en varias ocasiones la presidenta le llamó la atención a Roberto Bondar, defensor de Aguirre, quien volvía a formular preguntas ya hechas. Sin dudas, con el correr de los días el debate irá ganando interés ante la inminencia del veredicto.

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Categorías: Noticias Policiales
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