Se trata de su propia pistola reglamentaria 9 milímetros y de una escopeta que fue hallada enterrada en inmediaciones a la fosa donde encontraron los cadáveres de las víctimas, en la chacra del acusado, ubicado en el paraje Puerto Rosario, en jurisdicción del municipio de Florentino Ameghino.
La pistola, en tanto, fue encontrada en el casillero de la finca de Oficiales de Oberá, donde Dluglokinski cumplía tareas de mantenimiento.
Se presume que, en las horas posteriores al doble homicidio, el acusado se trasladó hasta esta localidad y él mismo guardó el arma homicida, ya que tenía llaves del lugar.
En contrapartida, optó por enterrar la escopeta puesto que se trataba de un arma particular y sin registro. Ahora, con el resultado de las pericias de rigor, se confirmó que las víctimas fueron asesinadas con las citadas armas.
En ese contexto, vale subrayar la impecable tarea de los peritos de la Policía de Misiones para avanzar el esclarecimiento del caso.
Tal como anticipó El Territorio, la señora Márquez y su concubino fueron acribilladas a tiros. Sufrieron disparos en la cabeza y el abdomen, de acuerdo a lo precisado por fuentes con acceso al expediente.
Según el informe forense, los cuerpos de ambas víctimas presentaban perdigones de escopeta, al tiempo que en el cadáver de Leiva dieron con el plomo de una bala del calibre 9 milímetros.
Sobre la situación del cabo, el sumario administrativo en marcha ya tiene elementos que derivaron en la situación de disponibilidad, al tiempo que sería inminente su baja definitiva de la fuerza.
Inminente traslado
Por su parte, desde la querella que representa a la familia de Olivia Márquez solicitaron el traslado de Dlugokinski a alguna unidad dependiente del Servicio Penitenciario Provincial (SPP), ya que actualmente se encuentra alojado en la Seccional Primera de Oberá.
En un escrito presentando ante el Juzgado de Instrucción Uno, el letrado que patrocina a los deudos alertó sobre “la falta de seguridad” y “alto riesgo de fuga” actuales, según su criterio, por lo que solicitó su inmediato traslado a una dependencia del SPP.
Asimismo, por intermedio de su defensa, días atrás el acusado solicitó que lo alojen en la comisaría de Los Helechos, lo que con criterio fue negado por las autoridades de la Unidad Regional II.
En tal sentido, desde la querella subrayaron que “no se puede soslayar el hecho que el acusado afronta una causa grave y podría ser condenado a prisión perpetua, como tampoco el hecho que su hermano también es sospechoso y continúa prófugo”.
Además del policía detenido, también está acusado su primo Leandro B. (35), quien permanece alojado en la Seccional Tercera. El tercer sospechoso es Pablo Dlugokinski, quien se presupone vino de Brasil unos días antes del hecho y luego se fugó. Desde ese momento se encuentra prófugo.
Si bien se estableció que las víctimas trabajaban para el cabo y que éste les debía dinero, la suma rondaría los 4 mil pesos y no justificaría tamaño delito. En ese contexto, cobra fuerza la hipótesis que indica que Márquez y Leiva escucharon o vieron algo que los llevó a la muerte.
No se descarta que la pareja sospechaba de la responsabilidad del cabo en la muerte de su propio padre, Ildo Victorino Dlugokinski (58), quien falleció el sábado 25 de marzo.
Esa noche se incendió su casa, ubicada a metros de la vivienda de su hijo, y el hombre quedó atrapado entre las llamas, o al menos fue la primera hipótesis del hecho.
Pero a partir del hallazgo de los cuerpos de Márquez y Leiva, surgieron pruebas en su contra y no se descarta que el policía haya asesinado a la pareja para encubrir el asesinato de su progenitor, con quien mantenía una mala relación.
El primer indicio sobre su responsabilidad en el doble homicidio surgió por el testimonio de efectivos de Gendarmería Nacional que el martes 28 de marzo -día de la desaparición de las víctimas- identificaron a los sospechosos a bordo de un Chevrolet Aveo, propiedad Dlugokinski, en un control de ruta.
A los gendarmes les llamó la atención que en el baúl del coche transportaban una moto Gilera 110 centímetros cúbicos, tipo chopera. El policía se identificó como tal, estaba armado y como los papeles del auto estaban en regla fueron liberados.
Días más tarde la Gilera fue encontrada desarmada en el cauce del arroyo Los Toros y se confirmó que era el rodado de las víctimas.