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Los testigos de Jehová emprenden una campaña mundial para evitar que prohíban su obra en Rusia

Las actividades de los testigos de Jehová de Rusia podrían quedar prohibidas muy pronto. Ante esta amenaza, los Testigos han organizado una campaña mundial para escribir cartas y pedir ayuda directamente al Kremlin (el gobierno central de la Federación de Rusia) y a altos funcionarios del Tribunal Supremo de ese país. El Cuerpo Gobernante (o junta administrativa) de los Testigos de Jehová está invitando a los más de 8.000.000 de Testigos de todo el mundo a participar.
El 15 de marzo de 2017, el Ministerio de Justicia ruso presentó una solicitud ante el Tribunal Supremo de la Federación de Rusia para declarar extremista y disolver el Centro Administrativo de los Testigos de Jehová de Rusia. Con esta demanda también pretende prohibir las actividades del Centro Administrativo. Si el Tribunal Supremo apoya esta solicitud, se cerrará la sucursal de los Testigos en Rusia, ubicada cerca de San Petersburgo. Luego, las casi 400 entidades religiosas locales que están registradas en el país serían disueltas y, como consecuencia, se prohibirían los servicios religiosos de las más de 2.300 congregaciones de los testigos de Jehová.
Además, el Estado podría confiscar los bienes de la sucursal, así como todas las propiedades que usan los Testigos para reunirse. Finalmente, cada uno de los más de 170.000 Testigos que hay en Rusia podrían ser acusados y procesados judicialmente tan solo por realizar sus actividades religiosas. Se espera que el Tribunal Supremo tome una decisión el 5 de abril.
“El Cuerpo Gobernante de los Testigos de Jehová quiere dirigir la atención a esta situación tan crítica”, dice David Semonian, un portavoz de la central mundial de los Testigos. “Tomar acción judicial contra ciudadanos pacíficos que respetan la ley y tratarlos como terroristas es claramente una aplicación indebida de las leyes contra el extremismo. Dicha acción se fundamenta totalmente en acusaciones falsas. Leer la Biblia, cantar y orar con otros hermanos en la fe no es ningún delito. Esperamos que todas las cartas que se envíen durante esta campaña mundial muevan a las autoridades rusas a detener este ataque injustificado contra nuestros hermanos”.

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