Este es el título de un film dirigido por José Dayar, con la colaboración de Malka Ribawka, cuyo guión fue escrito por la misma Simone de Beauvoir.
Simone de Beauvoir nació en París el 9 de enero de 1908. Estudió en la Sorbona y fue profesora de filosofía en Marsella, Ruan y París de 1931 a 1940, año en que publicó su primera novela «La invitada», a la que siguió una larga lista de novelas, de ensayos y de libros autobiográficos.
Simone conquistó su independencia y se permitió dar las espaldas a las convenciones. Silvina Bullrich (traductora de «La plenitud de la vida») dice: «Llega con Jean Paul Sartre a un pacto que ambos cumplen escrupulosamente, tal vez porque es un pacto que les respeta esa libertad individual que tienen en tanta estima. Son dos vidas inquietas, totalmente absorbidas por la literatura y una especie de manía ambulatoria».
Simone quiere explicar sus libros explicando su vida, hablando a los lectores de persona a persona. Presta testimonio sin prejuzgar nada. Y es toda una época la que se manifiesta ante el maravillado lector: la turbulenta época que siguió la primera guerra mundial, se sumergió en la segunda y desembocó en los tiempos nucleares y espaciales.
Los participantes del film son: Paul Sartre, Claude Lanzmann, Jacques Laurent Bost, Olga Bost, Colette Andry, Andrée Michel, Alice Schwartzer, Hélène de Beauvoir, Jean Poullon. El film fue rodado durante el mes de abril de 1978 en París, Roma, Venecia, Rouan, Marsella. El texto es la transcripción integral de la banda sonora del film. La música original es de Jorge Delerne.
Citaremos algunas frases ilustrativas del pensamiento y de la vida de los protagonistas:
«Desde que dejé de creer en Dios tuve un temor muy grande de la muerte» y «el temor de la muerte crea el sentido precario de la vida y entonces viene la angustia».
«Mi padre me había infundido la idea de que no había nada en el mundo más hermoso que ser escritor».
«El mayor logro de mi vida es Sartre… nos encontramos en la Sorbona donde los dos preparábamos nuestra graduación como profesores. Muy pronto se estableció una gran simpatía entre Sartre y yo». Sartre me dijo que yo «no sabía escribir diálogos…» «Ponga más de Ud. en lo que escribe». «Hacer obras sobre temas contemporáneos, es lo que resulta interesante».
«Pronto hará 50 años de nuestra relación».
«No tengo la costumbre de tomar en serio a los críticos. No cuentan!».
«Entre todos los países nos gustaba Italia: entre todas sus ciudades Roma».
«Fui muy feliz cuando terminé el bachillerato y pude ir a la Sorbona, a la Biblioteca S. Genoveva y trabajar en otro clima distinto al de casa». «Marsella fue mi primera experiencia de independencia y de soledad».
«A pesar de la llegada de Hitler al poder, en 1933, no creía en el peligro del Nazismo. En 1935 le nombraron al fin en el Liceo Moliére de París». «El 2 de setiembre de 1939 Sartre parte para el frente como metereólogo, algunos meses más tarde los Alemanes ocuparon París, Sartre fue preso en Alemania».
«Los E.E.U.U. en aquel entonces no tenían nada que ver con lo que son hoy. Eran algo fabulosos porque sólo los conocimos por los films americanos».
«En 1945 Sartre fundó TIEMPOS MODERNOS, que fue casi la primera publicación que denunció los campos de concentración».
«El ’68 lo viví más como espectadora que como militante; no era más profesora, y esta era cosa de Profesores y alumnos.»
«No había movimiento feminista en la época cuando salió el libro Segundo sexo sobre la vida sexual de la mujer». » A mí también me gustó no ser monógama».
«Por qué no ha creado Ud., heroínas positivas?»(Schwatzer). «Porque siento horror de ello, siento horror por el héroe positivo. Los libros con héroes positivos no me interesan».
Sartre: «¿qué hay de positivo en su vida?».
«El hecho de escribir, de mirar la gente en la calle y mirarla como escrita. Escribir ha sido mucho el placer de salvar momentos de mi vida; en una palabra: de la vida a seca. Tal vez, ante todo, comunicar lo que mi experiencia podía tener de valioso para los demás y también perpetuar en las palabras, por la escritura, cosas que había visto, los viajes que había hecho, las relaciones con la gente, los tipos de personajes que había encontrado».
A lo que Sartre contesta: «Es lo que pensaba! Bueno, se lo agradezco».
Y nosotros lo hacemos con él.