La semana pasada, la vecina Delia Olivera fue rozada por un gusano taturana y sufrió graves consecuencias, lo que la movilizó a alertar sobre la proliferación del insecto.
La mujer reside sobre calle 2 de Mayo, en Villa Stemberg, sector que luego fue fumigado por personal municipal.
“Fui a podar la ligustrina y no vi la taturana, me rozó un brazo y sentía el ardor. El dolor es insoportable, te marea, dan náuseas y vómito, en mi caso. Para colmo, en el hospital no hay una dipirona y tuve que comprar todos los medicamentos”, se quejó.
Por ello, recomendó que “cuiden a los chicos, porque es terrible. El suero para tratar la picadura viene de Brasil y lo traen de Posadas e Iguazú, acá no hay”.
La taturana es un tipo de larva de mariposa que posee un veneno muy poderoso en la punta de los pelos que recubren su cuerpo y puede ser mortal.
“El roce con las espinas protectoras de la taturana, que contienen un líquido venenoso, puede matar a una persona”, alertó un médico del medio.
El contacto de estas orugas con la piel causa edemas y hemorragias que se manifiestan en distintas partes del cuerpo, acompañadas de un intenso y persistente dolor.
“Pero si hay una patología de base, como una herida o úlcera gástrica, se pude transformar en una hemorragia incontenible debido a que la sangre no coagula y puede llegar a ser mortal”, agregó el profesional consultado.
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