Desde la más remota antigüedad, el hombre ha tenido la ambición de controlar el clima. Cuenta Homero en la Odisea que Eolo, dios de los vientos, le hizo un regalo a Ulises para que manejase a su antojo su destino: puso en una bolsa los cuatro vientos principales y en otra bolsa reforzada con cadenas los cuatro vientos menores o vientos cruzados (NE, NO, SE y SO), llamados también vientos de tempestad, con la especial indicación de jamás abrir esta bolsa durante la navegación. Se corrió la voz entre los marineros que la bolsa encadenada encerraba un tesoro y mientras Ulises dormía, los marineros la abrieron, liberando una tempestad que les hizo extraviar el rumbo y puso en peligro la embarcación.
Uno de los proyectos más antiguos de control del clima es la siembra de nubes. Consiste en bombardear las nubes con hielo seco o yoduro de plata para acelerar el proceso de precipitación. Lo discutible del proyecto es que al acelerar el proceso de precipitación en un punto y momento precisos, se priva a otros sectores o regiones de su lluvia habitual.
Esta contingencia fue provocada adrede en Pekin en 2008 previamente a la inauguración de los Juegos Olímpicos, para evitar que lloviese durante la ceremonia de inauguración. Pero en la generalidad de los casos, beneficiar a uno y dejar sin lluvias al resto no es algo deseable. Sin embargo, la misma técnica aplicada a la reducción de bancos de niebla no tiene contraindicaciones, y sería de gran utilidad en nuestras rutas.
Los cohetes antigranizo son muy utilizados en General Roca (Río Negro) y también en Mendoza. Su ventaja es que es posible graduarlos para que alcancen las capas altas de la atmósfera donde se forma el granizo, y su cuerpo es de plástico, desintegrándose con la explosión. Dispara un producto químico que evita el desarrollo del granizo por cristalización en capas, y frena por explosión las corrientes de aire ascendentes que mantienen el granizo en su lugar. En consecuencia, el granizo cae muy reducido, y el producto químico va elevando su temperatura al caer, con lo que llega al suelo convertido en llovizna. Se aplica en Mendoza y San Juan, y ha destruido piedras de hasta cinco centímetros de diámetro.
Otra técnica es la de los cañones antigranizo. Garantiza la ausencia de granizo en un radio de un kilómetro del cañón. Es la técnica preferida por las fábricas de automotores que mantienen su producción a cielo abierto y cuentan con sensores que al detectar nubes de granizo disparan los cañones a intervalos prefijados. Su ruido característico alerta a los productores de la zona que proceden a tapar sus huertas. También es la técnica preferida de los productores frutícolas del Río Colorado y del Alto Valle del Río Negro. En cambio, los chacareros de Carmen de Patagones, Villarino, y en Pichimahuida (Río Negro), han resuelto presentar un amparo ante la Suprema Corte aduciendo que desde 2005, cuando se generalizó el uso de cañones antigranizo, se ha acentuado la sequía en la zona. “Es una técnica que modifica sustancialmente el régimen de precipitaciones pluviales”, alega José Manuel Sáez abogado patrocinante de la acción de amparo colectiva.
Pocas lluvias en noviembre
Noviembre comienza a perfilarse con un escenario pluvial más reducido, lo que si bien no constituye una desventaja frente a la abundante oferta de agua de octubre, la humedad puede resultar escasa, frente a las altas temperaturas que se esperan para el mes. El estrés calórico no podrá ser mitigado por las lluvias que sumarán de 10 a 20 milímetros el resto de esta quincena, con una probabilidad igual o menor para la segunda parte de noviembre.
Calor y fuertes tormentas
A ello se sumará la abrumadora presencia solar, con un solo día nuboso en la próxima semana, el martes, y un solo día lluvioso, el miércoles, no por intensidad, sino por duración de las lluvias. Habrá tormentas eléctricas fuertes la próxima semana, pero no se esperan vientos fuertes ni granizo. Entre jueves y viernes de la próxima semana, apenas quedarán lluvias débiles y aisladas en días mayormente soleados.
La semana se iniciará con un día de calor intenso: el lunes, cuando podemos alcanzar 35 a 37º de máxima en la provincia. Luego las temperaturas máximas se irán atenuando muy gradualmente con las lluvias, hasta descender a 27º para el viernes 11. No será una auténtica ola de calor, ya que ello requeriría temperaturas mínimas también elevadas, y tendemos mañanas frescas a templadas.
Fin de semana a pleno sol
Desde hoy y hasta el lunes inclusive continuaremos con cielos a pleno sol en toda la provincia, las temperaturas estarán en aumento, hoy todavía tendremos algo de frío temprano con 11 y 12º de mínima, y 18 y 19º mañana y el domingo. En las temperaturas máximas la tendencia a aumentar será mayor: 27º hoy y 31 y 32º para el fin de semana.
Por Alfredo Yaquinandi
Territoriodigital