25 DE MAYO. La cooperativa con mejor reputación de los últimos tiempos por sus constantes innovaciones e incorporación de productos, podría desaparecer.
Tras la entrega de un subsidio por parte del gobierno provincial ayer miércoles para el programa “Yogurito Misionero”, Fredy Frank, presidente de la Caul reconoció a los medios que la institución se encuentra en graves problemas económicos
Frank contó que, la Cooperativa Alto Uruguay Limitada decidió devolverle la concesión del servicio de energía eléctrica a la empresa estatal EMSA, ya que se volvió insostenible mantener el servicio. A menos de un mes de entregar su cargo, Frank dijo “no queremos que la Cooperativa caiga en manos de políticos como el ex intendente de Alba Posse, Nelson Carvalho después de tantos años de lucha, pero nadie se involucra”…”sabemos que si el servicio pasa a EMSA, será como el área rural de El Soberbio, donde pasan días sin luz llamando sin tener asistencia, en cambio la cooperativa siempre está, fin de semana atendemos igual” ejemplificó.
El presidente de la CAUL afirmó que “las cooperativas no somos como EMSA, donde no tomamos gente desde hace tiempo”… “En EMSA y el IFAI acomodan concejales, políticos porque lo banca el estado” y aseguró que “por el mismo camino siguen las cooperativas de Concepción de las Sierras y la CELO de Oberá”, ésta última que carga con un pasivo de 300 millones de pesos. Incluso la de Puerto Rico que mantenía sus números equilibrados, pasaron a tener pérdidas. El cambio del cuadro tarifario también influyó.
Frank adelantó que se estarán reuniendo con Adolfo Safrán, ministro de Hacienda de la Provincia y todos los presidentes que integran la Federación de Cooperativas de Misiones (FECEM). En cuanto al resto de las producciones que posee la CAUL, como quesos, pollos, etc, el panorama es incierto.
La Cooperativa Alto Uruguay Limitada inició la producción de huevos para contener a parte de los colonos que le vendían a la empresa Turner & Turner dado que el producto local perdió competitividad frente al pollo brasilero, que ingresa al país a valores inferiores al costo local “de los 74 productores que estaban trabajando, más de 50 quedaron en el camino porque a la empresa ya no le resultaba rentable seguir comprándoles”.
