asaltoRicardo Riegel (31) todavía orina sangre, padece dolores corporales y apenas puede caminar, producto de la brutal golpiza que sufrió por parte de una banda de delincuentes que el jueves pasado irrumpió en la propiedad del concejal y comerciante Roberto Boichuk (44), en la zona rural de la localidad de General Alvear.
Las imágenes del hecho vuelven una y otra vez a la mente de las víctimas, sobre todo por la saña que exhibieron los malvivientes durante la hora y media que duró la pesadilla de los nueve rehenes, entre ellos Riegel y su pequeña hija de 3 años.
“En un momento, uno de los ladrones dijo: ‘si no quieren dar la plata les vamos a violar a todos, por adelante y por atrás’, y uno de ellos se bajó el pantalón. Yo pensé que me moría, nunca transpiré tanto en mi vida porque pensé lo peor y en las consecuencias para mi hijita. Es algo que nunca me voy a olvidar y no le deseo a nadie que pase por lo mismo”, remarcó.
En diálogo con El Territorio, el contratista de servicios de cosecha de yerba rememoró momentos del robo y lamentó la falta de respuestas por parte de las autoridades, ya que hasta el momento la Policía no logró dar con su camioneta, una Chevrolet S10 color gris oscuro -dominio KBB 253- en la que se escaparon los ladrones.
Tampoco recibió la asistencia psicológica comprometida, sobre todo para su pequeña hija que muestra síntomas de ansiedad y sobresalto.
Riegel consideró que los delincuentes, al menos seis encapuchados, se desenvolvieron como profesionales. Además, corroboró un dato inquietante que ya fue aportado por los dueños de casa a los investigadores del caso: al momento del hecho, uno de los delincuentes aseguró que un oficial de Colonia Alberdi les pasó el dato de que en esa propiedad hallarían un importante botín.

A la deriva 
Riegel, su esposa y su pequeña residen a unos 2.000 metros de la propiedad de Boichuk, justo en el límite entre los municipios de General Alvear y Colonia Alberdi.
El jueves, alrededor de las 19, su esposa le comentó que no había leche para la criatura, por lo que decidió dirigirse hasta el comercio del concejal, sin imaginar la pesadilla que se avecinaba. La pequeña quiso acompañarlo, como acostumbraba.
“Llegamos y no había otros clientes, saludé y Roberto (Boichuk) agarró un chupetín para darle a mi nena, cuando de golpe entraron tres tipos encapuchados y nos golpearon para reducirnos. Yo en todo momento me atajaba por mi hija para no reaccionar, porque no quería que le hagan nada”, reconoció aún conmovido.
Los tres fueron trasladados a la vivienda de Boichuk, ubicada en la parte posterior del negocio. Allí los amarraron junto a la esposa y los hijos del concejal, dos de los cuales son sordomudos. Los chicos tienen 9 y 12 años y fueron muy maltratados.
“Nos pegaron mucho a todos, ni a los nenitos les perdonaron esas bestias. A la única que no le tocaron fue a mi nena, pero en un momento le apuntaron con el arma y se me vino el mundo abajo”, recordó.
Precisó que los delincuentes hablaron lo mínimo entre ellos, por lo que se comunicaban con silbidos y gestos. Encendieron el equipo de música y levantaron el volumen del televisor.

¿Dónde está la camioneta?
Con algunos elementos de valor y 20 mil pesos en efectivo, tras una hora y media de revisar la propiedad, los ladrones abandonaron el lugar en la camioneta de Riegel.
El vehículo casi no tenía combustible, por lo que los malvivientes debieron detenerse en alguna estación de servicios o la escondieron por la zona. Llamativamente, hasta el momento la camioneta no fue hallada.
“Si tenía tres litros de combustible es mucho, por eso no entiendo cómo no encontraron. Yo vivo en Alberdi y hasta ahora la Policía de mi municipio ni siquiera fue a mi casa para ver cómo estamos, tampoco las autoridades. Me siento defraudado y abandonado”, lamentó.
Incluso, mencionó que en el Hospital Samic lo único que le dieron fue ibuprofeno, siendo que orina sangre y apenas puede caminar. Riegel padece problemas de movilidad en un brazo y durante el atraco lo lesionaron con un movimiento brusco. Visiblemente apesadumbrado, comentó que “más allá de la situación terrible y el trauma para mi nena, ahora no tengo mi camioneta, que es mi herramienta de trabajo. No sólo me robaron a mí, sino también a los tareferos que trabajan conmigo y que tienen que darles de comer a sus hijos”.
Respecto del vehículo, precisó que es de color gris oscuro y en la luneta trasera tiene una calcomanía que reza “Dios es fiel” en letras mayúsculas.

“Algo tenemos que hacer”

A cinco días del hecho, el concejal Boichuk opinó que “por la manera de actuar, son delincuentes con mucha preparación. Cuando se iban, apagaron las luces por dos o tres minutos y volvieron. Ahí dijeron que era para ver si nos movíamos y gatillaron las armas”.
“En los últimos meses la gente de las colonias padecimos innumerables casos de violencia extrema, por eso es hora de decir basta. Algo tenemos que hacer entre todos y reclamar mayor seguridad. Hay que exigir respuestas de los jueces y los legisladores, porque no puede ser que gente con antecedentes graves siga en libertad”, subrayó.
Tras revisar toda la casa y el negocio contiguo, los asaltantes se hicieron de un botín de 20 mil pesos en efectivo, seis celulares, una tablet, un revólver calibre 38, un rifle 22 y mercaderías.

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Territoriodigital – Foto: Luciano Ferreyra


Categorías: Noticias Policiales
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