Los Suizos celebran la independencia de su país cada 1 de agosto, pero en Oberá, la colectividad que los aglutina, lo hizo el viernes 29.

Unos 30 jubilados suizos, compartieron el amor a su país de origen, las anécdotas de tiempos idos y el homenaje a la tierra que los recibió, con un almuerzo en la Casa Suiza del Parque de las Naciones.

Por la noche, la misma casa abrió las puertas para todos los que desearon compartir esa misma festividad acompañándolos con una cena.

La entonación del Himno nacional argentino y también el Suizo no faltó. La casa, estaba decorada para la ocasión y una obra de arte de Elba Gsell de Gastaldo,”el grito de libertad” engalanaba la cabecera de la mesa central, donde también la Reina que representa a los Suizos, Florencia Berger, estuvo presente.

Los jubilados suizos, primero intercambiaron charlas triviales, sus hijos y nietos, integran además la colectividad, algunos desde lejos y otros muy cerca.

La idea de un festejo diferente para ellos surgio de Ester Weber (86), teniendo en cuenta que a los abuelos, con muchos ruidos y a veces con lluvia o frio, se les hace difícil asistir. Motivo por el cual,propuso el agasajo que repiten ya hace varios años.

“A muchos venir desde nuestras chacras nos costa mucho, empezamos pocos y ya llegamos a 30”, comentó Ester.

“Nos juntamos en otras ocasiones, incluso en la asamblea aquí en marzo o abril, o en cumpleaños, fiestas, nuestros hijos se conocen e interactúan”agregó.

Haciendo memoria contó que “en el año 1938 vinimos 3 flias juntas de Suiza y nos radicamos en Samambaia, y nuestros hijos se hicieron amigos, los nietos y hasta los bisnietos. Yo tengo 7 hijos y la mayoría esta en suiza, volvi a visitarlos muchas veces, pero me quedo en mi chacra, donde me crie, este lugar que es ya mio, 69 años hace que estoy acá,” remarcó.

Diferente, es el relato de Marlies Zuberbuhler (81) que se casó con un suizo y quiso quedarse allá cuando volvió de visita, pero su esposo no quiso. “Nosotros llegamos aca en Junio de 1938, yo tenia 4 años, volvi 2 veces, es muy lindo. Yo iba a quedarme allá, hasta consegui trabajo, pero mi esposo quería volver. Tuvimos 2 hijos y ahora estoy viuda. En mi casa eramos 7 hermanos, ahora quedo sola yo…aprendimos de comidas suizas y costumbres, que trato de contar a mis nietos y familia”, precisó.

Bernardo Weber, es otro jubilado y otrora activo integrante de la colectividad. Recordó que fue el primer lechero de Oberá, casi no hablaba castellano y asegura que apenas podía decir “buen dia”.

“El dueño de la chacra que papa compro ya tenia muchas vacas, pero no vendía la leche, nosotros comenzamos con el negocio”, explicó.

Antes, en Suiza, su padre era empleado del correo y su abuelo tenia campo, de allí sus conocimientos. “Volví a Suiza para el año 80, mi hija mayor estaba allí , fui a visitarla, pero no quise quedarme porque estas son mis tierras, éste es mi lugar”, apuntó.

“Tengo compañeros de escuela de alla, con quien me contacto a través de internet, aunque no soy experto”, dijo sonriendo. Bernardo junto a su esposa, Monica Schegg, tuvieron 8 hijos, 3 de los cuales están en Misiones, los demás en Suiza”.

La alegría en la mesa que compartieron se expandió, en la previa, casi antesala de la Fiesta Nacional del Inmigrante que se realizará del 1 al 11 de septiembre.

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