Icono del sitio OberaOnline

“El que llevó a mi hijo fue el Pombero”

493373db-5a0f-4d71-a4c0-610026fa1984-2o6c2ehd854g-5udtl5sotd10-e1467547195364Gilberto da Silva, padre de Leonel Octavio, el niño que desapareció misteriosamente de un campamento de tareferos montado en un yerbal de Dos de Mayo, no tiene ninguna duda: el culpable de que su hijo haya pasado dos días perdido en un capueral no es otro que el Pombero, figura mítica que según la creencia popular se lleva a los niños que deambulan solos en horas de la siesta.

Argumenta que el niño desapareció muy rápidamente y, sin dejar rastros, logró moverse unos 5.000 metros del lugar en el que se hallaba, atravesando pedregales y densas matas de “uña de gato”, especie de arbusto que debe su nombre a las puntiagudas espinas que cubren sus ramas, y todo sin perder su juguete más preciado, una camioneta de plástico que lo acompaña donde quiera que vaya.

Según da Silva, resultaría imposible que un niño de dos años se traslade un trecho tan largo a través de un terreno tan difícil sin dejar huellas o incluso que otro ser humano pudiera haberlo llevado, por lo que considera casi un hecho, que la desaparición de su hijo fue una diablura más del mítico personaje.

“Yo creo en que (el Pombero) existe porque a mí me pasó, como hay Dios también hay enemigo, que no es rival para Dios, pero molesta bastante”, dijo antes de argumentar que “si un ser humano lo hubiera llevado, yo le iba a encontrar rápido con mi moto, porque iba a dejar rastro. Con la gente de la policía peinamos todo el monte y el capuerón. Él (su hijo) tenía una camionetita que no perdió en ningún momento, si le hubiera agarrado un ser humano hubiera perdido esa camionetita, porque hubiera peleado”, señaló en declaraciones a Canal 12.

Detalló que Octavio se perdió a la hora de la siesta, dato que consideró no menor ya que esa es la hora de mayor actividad del Pombero. “Estaba en mi trabajo, soy capataz de la cuadrilla, estaba recorriendo. Él (su hijo) siempre duerme a esa hora, cuando llego al rozado, mi cuñado me dice: ‘tu gurí ya levantó’. Yo mandé mi otro cuñado a buscar, porque sino él empieza a pelear con los otros, entonces mi cuñado me dice: ‘Octavio no está acá’. De ahí agarre mi moto y me fui mil metros para dirección en que él estaba y no le alcancé, después fui otros dos mil metros y nada. De ahí empecé a buscar, no vi pista, no vi rastro y tenía gente en el campamento y nadie vio nada”, relató.

Ese día la búsqueda se extendió hasta la medianoche y volvió a empezar tres horas después. Da Silva aseguró que pese a que no conseguían hallar pistas, siempre tuvo fe en que encontraría a su hijo, porque se lo había pedido a Dios. “Muchos decían que yo tenía vendido mi hijo, porque me veían muy tranquilo, pero yo estaba así porque había pedido para Dios y el único que podía ver y saber donde estaba mi hijo era Él y yo sabía que me lo iba a devolver. Muchos curanderos me llamaron para hacer pacto con el Pombero, pero yo solo le pedí a Dios”, aclaró.

En el segundo día se sumó la Policía a la búsqueda y Da Silva no tenía dudas respecto a dónde apuntar. “Vamos a buscar cerca del arroyo porque él (el Pombero) le trata bien a las criaturas, a veces mejor que los padres y sabía que iba a necesitar agua para darle”, relató.

La búsqueda fue intensa y se prolongó durante varias horas, que parecieron interminables para todos, especialmente para Da Silva, pero la historia tuvo su final feliz. “Yo estaba buscando metido en el monte cuando escuché la sirena. Largué todo y salí corriendo, en eso cruce con uno que iba en moto y me subí, me dijo: ‘la ambulancia ya llevó tu gurí’. Lo único que pregunté es si estaba vivo y cuando me dijo que sí me largué a llorar, no pregunté si estaba herido, subí a la moto y fui rápido atrás de la ambulancia”, dijo.

Aseguró que pese a haber pasado dos días a la intemperie, su hijo estaba bien. “Quedó bastante llorón nomás. Él era serio no te molestaba para nada, solo sabía madrugar, pedía agua y comida y jugaba el día entero, no te molestaba para nada y acá llora todo el tiempo”, observó.

 

Salir de la versión móvil