El asalto a la familia Krohn se inscribe en una lamentable seguidilla que vienen padeciendo los colonos de la zona Centro, al punto que muchos analizan abandonar las chacras por temor a los delincuentes.
Hasta ahora, no les alcanzó con armarse, ni las rejas, ni los perros, ya que los ladrones se mueven con tanta impunidad que logran burlar cualquier sistema de seguridad.
Por ejemplo, para llegar hasta el portón de los Krohn, el visitante debe sortear a nueve feroces perros, aunque el lunes parecían cachorritos amaestrados y ni siquiera ladraron ante la presencia de los tres sujetos que el lunes irrumpieron a primera hora de la mañana.
“Cuando nos tenían atados, uno de los tipos nos dijo que estuvieron una semana amansando a nuestros perros. Pero para mí que le dieron algún tranquilizante. Lo mismo pasó cuando robaron el secadero de Blasig, acá cerca, que también tiene muchos perros”, comentó Jorge Krohn (51), quien hasta ayer permaneció internado en el Hospital Samic.
El productor opinó que salvó su vida de “milagro”, ya que sufrió una fisura de cráneo por los golpes que le propinaron los malvivientes. Tal vez le favoreció su buena contextura física, al igual que a su hermano Federico (49), quien se trabó en lucha contra dos.
La violencia del hecho quedó plasmada en la rotura del marco de la puerta de la sala, donde impactaron dos garrotazos que le erraron a Jorge. En diálogo con El Territorio, contó que “venía hablando con todos los vecinos que fueron asaltados en los meses anteriores y estaba esperando que me toque, pero nunca pensé que sería de esta forma porque tengo nueve perros en mi casa y todo cerrado”.
“Pensé que por ahí me iban a robar cuando salía o llegaba a casa, pero me sorprendieron mirando televisión. Por la manera de actuar, creo que fue la misma banda que asaltó a varios vecinos”, agregó.

Casos calcados
Un dato no menor indica que Campo Ramón tiene casi 1.500 kilómetros de caminos terrados, por lo que la tarea de prevención policial es prácticamente nula.
A su vez, fuentes del caso mencionaron que no fue casualidad que la chacra de los Krohn se ubique a menos de dos kilómetros de la ruta nacional 14, es decir, una vía de rápido escape.
En ese sentido, recordaron que el 10 de mayo pasado asaltaron a Ernesto Gunther (71), de Sección Tercera, también Campo Ramón, cuya chacra está situada a un kilómetro de la arteria nacional.
El productor yerbatero fue abordado por malvivientes armados cuando llegaba a su casa. Tras reducirlo, los encapuchados exigieron que los lleve hasta la caja fuerte, en cuyo interior había 30 mil dólares y unos 20 mil pesos en efectivo.
Por ello, para Krohn, los delincuentes que irrumpieron en su casa creyeron que sólo se encontraba su madre, ya que momentos antes su esposa e hija salieron rumbo a Oberá. “Habrán pensado que yo me fui junto y no sabían que estaba mi hermano, porque él vive en Oberá. Por eso pienso que fue bastante al voleo, no tenían mucha información. Pero por suerte mi señora le llevó temprano a la nena a la escuela, porque si no, no sé que podría haber pasado”, subrayó.
Contó que los ladrones pidieron armas y plata, otra similitud con hechos anteriores en la zona, al punto que en lo que va del año fueron robadas casi una veintena de escopetas y revólveres de las chacras.
“El líder actuó como hacen los policías, nos tiraron al piso y nos ataron las manos y las piernas bien fuerte. Hablaba medio en porteño y por ahí fue policía”, especuló.
Como publicó este diario, los hermanos fueron torturados con fuego, pero además sufrieron varios cortes con cuchillos. Los malvivientes escaparon con un botín de unos diez mil pesos.
Sobre el joven detenido, Krohn comentó que ya fue liberado y no tuvo nada que ver. “El muchacho que agarraron trabaja conmigo y llevaba plata porque no tiene casa, vive con un hermano, entonces anda con su plata”, aclaró.

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