En tanto, en los últimos días se registraron varios robos con la modalidad motochorro, lo que puso en alerta a los habitantes de la zona que incluye el Barrio Judicial.
“Forzaron la ventana del mi lavadero y se llevaron la garrafa. Tengo una perra, pero parece que la durmieron porque no ladró y después no se podía despertar. Es la segunda vez que me roban en pocos meses, la anterior rompieron la luneta de la camioneta y se llevaron mis herramientas”, lamentó Javier K. (40).
Los malvivientes también ingresaron a otros dos departamentos del mismo barrio, en uno de los cuales los propietarios se encontraban durmiendo. Actuaron con el mismo modus operandi del primer caso, puesto que forzaron los accesos a los lavaderos y se llevaron lo que tuvieron a mano.
“La verdad que estamos cansados de los chorros y la Policía no nos da respuestas. Nos dicen que tenemos que estar atentos y avisar cualquier movimiento extraño, pero llamamos y no vienen”, se quejó otra vecina.
El robo de motocicletas encabeza el ranking de los malhechores, que aprovechan el mínimo descuido para hacer de las suyas, al tiempo que se incrementan los hechos vandálicos y los daños contra la propiedad. También denunciaron un alarmante incremento en el consumo y venta de drogas.
En este contexto, desde la comisión vecinal del barrio elevaron notas a las autoridades de la Unidad Regional II y semanas atrás se concretó una reunión con integrantes de la Policía Comunitaria, pero todos los esfuerzos resultaron en vano por las carencias que exhibe la fuerza de seguridad para atender las demandas de los habitantes del complejo habitacional.