Impulsan un centro de rehabilitación y aseguran que los adictos son rechazados en el Samic. «Si hay paco, hay cocina, o lo traen de otro lado», indicó José Fabio.
Preocupados por las nefastas consecuencias del abuso de drogas, desde Cáritas Oberá alertaron sobre el avance del denominado paco o pasta base de cocaína en esta localidad.
Subrayaron además la necesidad de coordinar acciones en conjunto entre organismos del Estado e instituciones del medio para afrontar el drama de las adicciones.
En ese marco, la semana pasada referentes de Cáritas se entrevistaron con el intendente Carlos Fernández y propusieron la creación de un Consejo Municipal de Lucha Contra las Adicciones. También insistieron en la necesidad de contar con un centro de rehabilitación local y notificaron la situación de rechazo que padecen los adictos que arriban intoxicados a la guardia del Hospital Samic.
“Tenemos información de que hay hasta paco en Oberá y, si hay paco, hay cocina (de cocaína), o traen el paco de otro lado. Eso es gravísimo. El tema nos debe llamar la atención a todos y ocuparnos, porque se dejó de hablar del tema, y cuando no se habla, no se sensibiliza a la sociedad”, subrayó el médico José Fabio, integrante de Cáritas.
Además, recordó el trágico caso de Carmelo Sanfilippo (16), cuya familia denunció que el adolescente se suicidó presionado por un grupo de vecinos que lo hostigaban para que consuma drogas. El hecho sucedió en mayo del año pasado y generó un amplio debate social sobre la prevención de las adicciones y el combate a las drogas.
“Estamos muy preocupados y el obispo nos permitió transmitir su ánimo para que empecemos a trabajar esta problemática, que en Oberá y zonas de influencia es muy grave”, opinó el referente.
Tras aclarar que la lucha contra el narcotráfico es responsabilidad de las fuerzas de seguridad, explicó que Cáritas pretende colaborar en la información de la problemática, la prevención y el tratamiento de las personas que padecen adicciones.
Acciones y limitaciones
Como primera medida, realizaron un taller de capacitación para los referentes de la entidad, espacio donde surgieron varios aspectos del problema. En tanto, desde el año pasado ceden un espacio a Narcóticos Anónimos (NA), grupo de autoayuda que se reúne los lunes y jueves.
“Vemos que muchos están haciendo un poquito, pero no hay una planificación para trabajar en conjunto con otras instituciones. Otras confesiones religiosas también están trabajando, pero para su sector. Por eso planteamos la necesidad de trabajar en conjunto y que participen el Estado provincial y local”, mencionó.
Al respecto, Fabio comentó que varias voces coincidieron al afirmar el rechazo del que serían objeto los adictos que llegan intoxicados a la guardia del hospital.
En ese sentido, refirió una experiencia personal mientras acompañaba a un familiar internado en el nosocomio local.
“Una madre me pidió ayuda porque en la guardia no quisieron atender a su hijo que estaba intoxicado. Eso es doloroso y se suma a dos o tres experiencias desagradables donde no encontramos una solución para el adicto que está en crisis”, lamentó el integrante de Cáritas.
Por ello, Fabio remarcó la necesidad de capacitar al personal de los hospitales y Centros de Atención Primaria de la Salud para abordar la problemática que se extiende en toda Misiones.
“Nadie está exento y generalmente los familiares y los amigos se dan cuenta tarde. El problema afecta a toda la familia y no hay opción de abordar la problemática sin trabajar con la información”, agregó.
Proyecto inconcluso
Desde hace varios años, diferentes autoridades locales y provinciales vienen anunciando la creación de un centro para rehabilitación en lo que fuera el predio de la Escuela 173 de Paraje Fontana. El citado edificio fue desocupado en 2010, pero la expectativa se fue diluyendo y todo quedó en promesas. En ese contexto, los adictos que aceptan realizar un tratamiento son derivados a instituciones de Posadas, lo que muchas veces dificulta la recuperación por el desarraigo que implica mudarse de ciudad. Las entidades de Posadas están saturadas y no siempre hay cupos ni en el momento que requiere el enfermo.
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