6d063a0fb8cbd98e40488aadefca236cMarta Najomi está al frente del lugar hace 16 años y los últimos doce sin percibir ayuda económica. El municipio designó a otra persona para esa función.

Hace 16 años que Marta Najomi (55) está al frente del comedor de Villa Marttos de Oberá. Los últimos doce años trabajó desinteresadamente, sin percibir ninguna ayuda económica.

La nueva gestión de gobierno comunal, pretende poner a otra persona en su lugar. Las familias que reciben la ayuda alimentaria y la propia Marta se oponen al relevo, por lo tanto no entregó la llave del comedor.

“Ella prácticamente crió a los chicos. Conoce a cada familia, ayuda en todo lo que puede, siempre está pendiente de todos. No sólo sirve la comida, consigue medicamentos, ropa, hace de todo” expresó una de las mamás.

El salón comunitario del barrio, donde funciona el comedor de lunes a viernes al mediodía, tiene su estructura deteriorada y sin energía eléctrica. Ante el corte del servicio Marta fue a la Municipalidad a pedir que hagan algo para reconectar la luz y a pedir elementos de limpieza, le informaron que debía entregar la llave porque habría otra persona en su lugar.

“No entiendo porqué no me quieren”
“Yo estoy hace 16 años, amo lo que hago, amo a esos chicos, no quiero irme así. No entiendo porqué no me quieren. Todos me conocen, nadie quiere que deje el comedor, porque siempre estoy ayudando a esas familias en todo lo que puedo” sostuvo Marta.

Madre de cuatro hijos y con varios nietos ya, llega todos los días a las 10 al deteriorado espacio comunitario, prepara los humildes utensilios que tiene para los chicos que quedan a comer en el lugar. Recibe la comida que llega de la cocina centralizada municipal y atiende a sus familias.

“Algunas vienen a buscar. Pero la mayoría de los chicos viene al comedor a comer acá. Tengo platos que traigo de mi casa y una palangana vieja en la que sirvo. Después que se van, viene una señora que me ayuda, limpiamos todo y nos vamos. Los elementos de limpieza todo traigo yo, sólo cuando Rolo (Dalmau) era intendente me daba una ayudita, pero los doce años de Tito (Rindfleisch) nunca me pagaron nada. Desde hace años cumplo esta tarea sólo para ayudar a la gente y ahora me quieren sacar”, confesó Marta sin ocultar las lágrimas.

Según contó la mujer a PRIMERA EDICIÓN, fue el secretario de Desarrollo Humano, Rafael Marquez Da Silva, quien le informó la decisión y anunció que al mediodía enviaría a buscar la llave del comedor.

“En representación del funcionario vino una de las chicas que trabajan en la cocina centralizada, pero le dije que no le voy a dar la llave. No me pueden sacar así, espero que el intendente entienda que no es justo lo que me hacen”, señaló Marta.

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