A medida que pasan los días, nuevas deudas aparecen entre los papeles y el desfile de proveedores reclamando no cesa para Carlos Fernández, quien heredó la gestión de Rindfleich.
Ahora los empleados municipales se encontraron con la suspensión de los vales que podían gastar por adelantado hasta el 16 de cada mes. Resulta que AEMO, el club que nuclea a los municipales le reclama al municipio una deuda de dos millones de pesos, cifra que debe abonarle a los comerciantes que vendieron por adelantado a los empleados municipales. De esta manera, el club actuaba de intermediario entre los comerciantes y el municipio, para que los empleados puedan comprar con vales de hasta el 20 % de su sueldo que a fin de mes, el municipio le descuenta. Quien no llega a fin de mes, sabe que este vale lo saca del paso, pero la gestión anterior vino acumulando una deuda con AEMO por lo que los comerciantes adheridos suspendieron la venta con vales.
Desde el municipio, Carlos Fernández por estos días hace malavarismos para enfrentar las deudas que, solo correspondiendo al año 2015, ronda los 50 millones de pesos, más residuales de 2014. De allí para atrás, no se sabe. Mientras tanto, Ewaldo Rindfleisch como buen renovador premiado por el déspota Carlos Rovira, pese a enfrentar dos denuncias penales por malversación de fondos públicos y presunto enriquecimiento; disfruta de su nuevo escritorio en la capital provincial como Director de Arquitectura de Misiones, donde paradójicamente por ser fuertemente cuestionado en el manejo de recursos; ahora manipula un presupuesto cuatro veces mayor al de la municipalidad de Oberá.
Vale recordar que, el médico adeuda para con su comunidad y la prensa dar a conocer en detalle lo heredado por su antecesor.
Infóber