La emergencia energética nacional tiene su correlato a nivel local, donde los cortes se suceden a diario y se avizora un verano más que complicado, tal como reconoció Romeo Schwengber, presidente de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo).
“No estaría mal que los socios que tengan los recursos necesarios y que tengan mercadería perecedera, vayan pensando en la posibilidad de adquirir un pequeño grupo electrógeno en esta emergencia eléctrica nacional, provincial y de la cooperativa. Porque aunque existiera todo el dinero del mundo, no es algo que se pueda solucionar en poco tiempo. Y obviamente, lo que menos hay es dinero”, reconoció el dirigente.
En el marco de la millonaria deuda que pesa sobre la entidad, la conducción tampoco pudo abonar el aguinaldo a los trabajadores. Pero a los socios poco les interesa la coyuntura interna y exigen buenos servicios, aunque la realidad cotidiana dista mucho de lo ideal.
En consecuencia, los cortes de energía eléctrica y agua potable son moneda corriente y crispan los nervios.
Según explicó Schwengber, en general las deficiencias son derivadas del sistema de transporte de alta tensión de Emsa y en otras ocasiones son producto de las propias limitaciones de la Celo en líneas de media y baja tensión.
“Tenemos líneas obsoletas de más de 20 años por falta de inversión y cada vez más consumo. Incluso, hay líneas como Alvear-Alberdi que tienen 40 años de antigüedad, consecuencia de lo que no se hizo en muchos años”, subrayó.
Precisamente, el servicio de las líneas rurales es un verdadero calvario para los socios de la colonia, quienes en ocasiones padecen varios días sin electricidad.
Para colmo, el titular de la Celo reconoció que existen “pocas perspectivas de que podamos hacer líneas nuevas o reemplazar las actuales. Estamos engrosando poco a poco las deudas de la cooperativa para ir prestando el deficiente servicio que prestamos”.
También se refirió a la crítica situación del agua potable. Sin medias tintas, opinó que “difícilmente podamos salir del atolladero, incluso con el aporte del acueducto del arroyo Bonito. Los problemas cuando son complejos no se resuelven con una sola medida. No tenemos que pensar que la planta del Bonito es la solución milagrosa del problema”.
En tanto, hizo hincapié en la imperiosa necesidad de ampliar la red de agua para que más obereños puedan acceder al vital líquido.
“Hacemos gestiones para acceder a recursos que nos permitan la ampliación de la red. Las gestiones se hacen, pero no se visualizan soluciones inmediatas”, agregó.
Las termas
Por otra parte, la semana pasada el nuevo intendente Carlos Fernández recibió a dirigentes de la Celo para tratar de avanzar en el tema del Parque Termas de la Selva, actualmente financiado por la comuna.
“Hoy las termas se sostienen por el municipio y todavía no es un proyecto turístico eficiente ni sustentable. El municipio tiene que seguir poniendo plata en un momento complicado. Por eso queremos ver y mostrar los números, y de una vez por todas acomodar los tantos con la Celo”, graficó el jefe comunal.
Y agregó: “Es importante el diálogo y que ambas partes hagan su esfuerzo. La Celo es dueña del pozo y la Municipalidad del predio”.