A través del hashtags #UnEmojiParaElMate solicitan incluir uno de los íconos nacionales en las redes sociales y servicios de mensajería. Recordando además que el lunes 30 de noviembre es el Día Nacional del Mate, declarado infusión nacional representativa de las tradiciones nacionales.
A partir de este año existe una nueva conmemoración en el calendario de los argentinos: El 30 de noviembre es el Día Nacional del Mate. Declarado infusión nacional representativa de las tradiciones nacionales, la reciente legislación tiene el objetivo de promocionar el consumo del mate y destacarlo como una costumbre popular haciendo hincapié en su trascendencia histórica y actual.
Esto inspiró a la agencia Room23 y a CBSé a ir un paso más allá: solicitar una petición al Consorcio Unicode para incluir al mate como emoticón representativo de la infusión preferida de los argentinos.
Un emoticón o emoji es un ícono visual de uso habitual en plataformas como WhatsApp o Facebook que resume en una pequeña imagen emociones, situaciones, acciones u objetos que luego pueden compartirse entre los usuarios de las redes.
Si bien hay emoticones disponibles para diferentes comidas (pizza, hamburguesa, sushi, etc.) y bebidas, el mate actualmente no está entre ellos, situación que llamó la atención a los promotores de la idea y los llevó a realizar una petición a través de Change.org, la mayor plataforma de peticiones del mundo. https://www.change.org/p/unicode-un-emoji-para-el-mate
“Compartir un mate es reunir lo bueno, por eso no importa si lo hacés entre amigos, la familia, en el trabajo o en la universidad; o en cualquier parte del mundo, lo importante es todo aquello que se transmite a través de él y por eso quisimos que también pueda compartirse en forma virtual”, resumió Gustavo Redondo, Gerente Comercial de CBSé.
“Nos dimos cuenta que tenemos emoji para invitar a tomar un helado, emoji de la pizza…pero no tenemos emoji del mate. Ser los primeros en crear y proponer una campaña que incluye uno de los íconos nacionales, nos llena de orgullo” concluyó Ivan Novikov Socio director de Room23.
El próximo lunes 30 se celebrará por primera vez el “Día Nacional del Mate”, lo que implica un merecido reconocimiento a una infusión profundamente arraigada en las costumbres y tradiciones de nuestro país. Es más, el hábito de matear es incluso previo a la colonización, ya que fueron los aborígenes guaraníes quienes introdujeron al “hombre blanco” en el consumo de la yerba mate. Lo precisaban desde el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) en un comunicado a propósito de la recordación.
Tomar mate implica mucho más que beber una infusión. Tomar mate es un gesto de amistad, de cordialidad; un sinónimo de encuentro que trasciende edades y estratos sociales. Además, gracias a sus reconocidas propiedades antioxidantes y energizantes, tomar mate también implica incorporar al cuerpo una serie de beneficios para la salud. Científicos argentinos y de otras partes del mundo cuentan con trabajos que destacan las virtudes del mate. Y muchos de ellos ya están investigando de qué manera se puede aprovechar sus propiedades en el desarrollo de alimentos funcionales y también en planes nutricionales que potencien sus efectos benéficos.
Fue precisamente esta combinación de valores sociales, culturales y saludables la que llevó al Congreso de la Nación a sancionar el año pasado la Ley 27.117 y disponer que el día 30 de noviembre de cada año se celebre el “Día Nacional del Mate”, en conmemoración del nacimiento del caudillo Andrés Guacurarí y Artigas, más conocido como “Andresito”. De familia guaraní, “Andresito” nació el 30 de noviembre de 1.778 en Santo Tomé (Corrientes) y gobernó la denominada Provincia Grande de las Misiones.
La norma fue publicada en el Boletín Oficial en febrero de este año, por lo cual el próximo lunes será la primera vez que celebraremos el día de nuestro fiel compañero de jornada. Y este no es un dato menor, ya que mediante esa legislación en todos los eventos y actividades oficiales de índole cultural, se promocionará el consumo de mate y por supuesto, también se hará hincapié en la bebida como representativa de las tradiciones nacionales.
La leyenda de la yerba mate
Sostienen los investigadores que hace más de mil años, los aborígenes guaraníes iniciaron una larga migración hacia el sur desde el corazón de las selvas sudamericanas: quizás desde la meseta del Mato Grosso, donde se separan las aguas que se encauzan hacia el norte, hacia las selvas amazónicas, y las que descienden hacia el sur, a la cuenca del plata; o quizás desde más al Norte todavía.
Fue, tal vez, durante ese periplo que los guaraníes dieron nacimiento a una de las leyendas que explica el origen de la planta de yerba mate. Como es característico de su cultura, esta historia se transmitió oralmente de generación, hasta llegar a nuestros días.
“Hace mucho tiempo, una tribu nómada decidió dejar la región que habitaba desde antaño. Sin embargo, un anciano no se sintió con la energía suficiente para seguir a su gente. Entonces la tribu dejó a Yar, tal era el nombre del anciano, en la compañía de su hija Yarí, que se negó a abandonarlo. El anciano construyó un refugio primitivo con sus propias manos, y ambos continuaron con su acostumbrado modo de vida en medio de ese entorno salvaje y primigenio.
Un día, al anochecer, apareció un extraño ser. El color de su piel era raro y también su vestimenta, en relación a lo que estaban acostumbrados. A pesar de ello, padre e hija lo trataron con deferencia, ofreciéndole su hospitalidad desinteresada y los mejores alimentos que tenían en su humilde morada.
Ocurrió que el extraño era el mismísimo “Tupá”, el dios bueno, que quería conferirles un presente milagroso y permanente. El poder mágico del presente permitiría contar siempre con los medios para recibir y atender a sus visitantes; así como también les ayudaría mitigar el largo período de aislamiento. Así hizo que una nueva planta creciera en la selva, y luego les enseñó a preparar una bebida tónica y estimulante que pasaría a ser, con el tiempo, un símbolo de bienvenida para los huéspedes de la casa. Ungió a la bella Yarí como diosa protectora (Caa Yarí) y a su anciano padre, como su custodio.
Los dulces cuidados y la protección constante prodigados a las plantas, lograron que las plantaciones de yerba mate se multiplicaran en forma infinita. Y así es como encontramos una especie de simbiosis en esta bebida: la mujer joven y bella, y el anciano habilidoso revelaron, siendo dioses, la misma actitud que, por obra de sus corazones generosos, que habían tenido siendo simples mortales. De esta manera, a partir de la naturaleza misma, con la fuerza de sus elementos más puros y del corazón de las plantaciones de yerba mate, los dioses nos protegen…”
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