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Condenan a ginecólogo por caso de mala praxis ocurrido en 2010

La Justicia Civil entendió que actuó con negligencia y no informó a una madre sobre la existencia de malformaciones que presentaba su bebé durante el embarazo.

Tras cinco años de litigio, un fallo judicial de primera instancia condenó a un médico y a una clínica por no informar correctamente a una madre sobre el estado de salud de un bebé con malformación que falleció a los pocos segundos de haber nacido.
Durante todo su embarazo, la progenitora se realizó los controles prenatales con el citado profesional. Por ello, la Justicia Civil entendió que actuó con “negligencia” y no informó correctamente a la madre sobre la marcha del embarazo.
En consecuencia, en un fallo reciente se condenó al profesional a pagar una indemnización de alrededor de 450 mil pesos por los daños y perjuicios que derivaron de la supuesta mala praxis profesional.
Según fuentes judiciales, mencionaron que si bien la condena no está firme, al tratarse de una sentencia de primera instancia, marca un precedente en la zona Centro, ya que la Justicia reconoció el daño sufrido por la madre.
Sobre los detalles del caso, la mujer señaló que desde el inicio de la gestación se atendió con el mismo ginecólogo de Campo Grande, hasta que debió interrumpir de urgencia su embarazo para evitar mayores perjuicios a su salud.
En la demanda, relató que asistió a los controles médicos mensuales y se realizó estudios prenatales, ante los cuales el ginecólogo siempre le manifestó que todo estaba bien y que el embarazo se desarrollaba con total normalidad.
“Luego de varios meses y más allá del diagnóstico del médico, me sentía desorientada porque en cada consulta el médico me variaba el tiempo de gestación. Hasta que el 26 de diciembre del 2009 tenía fuertes dolores abdominales y fui a una consulta de urgencia, donde el médico sólo me recetó buscapina y dijo que eran dolores normales del embarazo”, comentó.
El 8 de enero del 2010, se realizó una ecografía para conocer el sexo del bebé y se determinó que era una niña, al tiempo que el profesional le habría asegurado que el feto estaba en perfecto estado de salud.
Al respecto, comentó que “seguía con dolores y tenía dudas, por lo que busqué una segunda opinión médica y me realizaron una nueva ecografía. Inmediatamente, este segundo médico notó algunas anormalidades y decidió derivarme a un centro de imágenes de mayor complejidad para nuevos estudios”.
“Así detectan que el feto tenía graves malformaciones que le impedían la sobrevida al momento del nacimiento y decidieron realizar una cesárea de urgencia. El bebé nació vivo y falleció a los pocos segundos”, agregó.
Tras el parto, la mujer sufrió un cuadro de depresión que se tradujo en inconvenientes sociales y laborales, al extremo que tuvo que mudarse al Sur del país por unos años, ya que el solo hecho de pasar frente a la clínica de Campo Grande la producía terror.
En tanto, se mostró satisfecha por el reciente fallo del Juzgado Civil y Comercial Uno de Oberá que condenó al profesional a indemnizarla por los daños y perjuicios que derivaron de la mala praxis.

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