Todo nos está diciendo de la importancia que tiene para Oberá el contar con dos facultades, no solamente por el enorme aporte cultural, sino también por lo que significa para la economía ciudadana la inserción de la familia universitaria en esta comunidad.
Frescas están todavía en el recuerdo aquellas vibrantes jornadas en que primeramente un calificado grupo de misioneros nucleados en el Movimiento Pro Universidad de Misiones, lograron la creación de la UNaM ante tenaz oposición y luego cuando jóvenes alumnos del último curso secundario obereño en Asamblea ejemplar ( Ejemplar por su organización y por la concurrencia masiva de participantes, fue la asamblea realizada en el salón de la Municipalidad Los estudiantes obereños dieron muestras de capacidad organizativa, de inquietudes socio educativas y de interés ciudadano.
Fuerza ponderable ésta de los jóvenes de nuestro medio, que se hará sentir sin duda en todo el ámbito provincial en procura de tan loable objetivo como lo es la creación de una o dos facultades en Oberá de la Universidad Nacional de Misiones (Hugo Amable- Estampas obereñas (Pregón Misionero-01/06/1974)
Cartelones: Para dar un mayor clima de efervescencia se presentaron distintos cartelones que decían: «Escuela de Comercio Presente» «No más zonas marginadas: queremos Universidad» «Facultad es progreso, apóyela por Oberá» «Colegio Nacional: Presente» entre otros. Día de Gloria: En oportunidad del traspaso del Instituto de Disciplinas Estéticas a la UNaM (12 de julio de 1974) una calle completamente cubierta y una nutrida comisión compuesta por un conjunto de notables, más de veinte, que conformaron la Comisión Pro Facultades, lograron la creación de la Facultad de Electromecánica, hoy Ingeniería y el pase del Instituto Superior en Disciplinas Estéticas a Facultad de Artes, con los resultados favorables de aquella patriada (Párrafos extraídos del libro de mi autoría “Oberá ciudad” a editarse)
Hoy, y con la inserción en el medio y la eficiente labor en que están empeñados los directivos de ambas facultades, más el aporte inestimable del Instituto Universitario Gastón Dachary y otros aportes educativos privados, más el conjunto de instituciones públicas y privadas que bregan por la educación y la cultura, se ha colocado a Oberá en un primerísimo lugar en el concierto de ciudades misioneras en lo que a cultura se refiere.
Agregaríamos a este cuadro lo que significa la Fiesta Provincial del Libro, su trayectoria y su presente que la hace un hito indiscutido en la región y en la provincia y La Fiesta Nacional del Inmigrante, donde nuestra cultura se entremezcla con las culturas foráneas de otros sitios del mundo.
Y no debemos olvidar de mencionar con énfasis el esfuerzo cultural que en los últimos años se ha brindado por parte de la Dirección Municipal de Cultura de nuestra ciudad, la que a pesar de la precariedad en cuanto hace a su sede física ha catapultado el rico aporte cultural obereño tanto aquí como más allá del ejido municipal, siendo uno de sus mayores logros el haber apoyado decididamente a quienes en nuestra ciudad a través de “Oberá en Cortos” y hoy el Festival Internacional de Cine hicieron posible colocarnos a la vanguardia de la provincia en la materia.
En una nota editorial pasada rescatábamos frases del filósofo español Fernando Savater cuando su presencia en la Feria del Libro, invitado por Clarín y la revista “Ñ”. De entre ellas ocupamos hoy una “La educación es la única posibilidad de una revolución no violenta, no sangrienta”
Creemos que Oberá va en camino –algo nada fácil en los tiempos que vivimos- de ir haciendo ese tipo de revolución, que por otra parte es la tabla de salvación para terminar con mediocridades reinantes en el país y en el mundo, que se expresan en violencia, falta de convivencia pacífica y olvido de la elementales reglas morales y éticas. “La mente del hombre superior se preocupa por la rectitud; la mente del hombre inferior se preocupa por el provecho» (Doeblin, Confucio, pags 120, 128 y 106)
Por cierto que todavía falta, se trata de un importante ingrediente del paquete cultural obereño –tampoco queremos decir que sea el único- y esa falta que hoy sacamos a relucir tiene que ver con un edificio para nuestro Museo y Archivo Histórico.
Enclavado en el Parque de las Naciones, compartiendo su habitat con la Federación de Colectividades, lucha denodadamente por construir lugares de exposición dada la precariedad de espacio en la que desarrolla su accionar y conste que es uno de los lugares que más interesa al turista que nos visita, y cómo no serlo, si allí, constreñida en esas paredes está presente la historia de Oberá.
Y aquí se nos va a perdonar hacer una digresión, cada día y por esa misma corriente cultural que se está produciendo en este nuevo siglo, son más los turistas que, al visitar un lugar se interesan por su historia, su religión, sus actos culturales y necesario está resultando crear circuitos turísticos que les permita lograr esos propósitos. Téngase en cuenta que los visitantes del Norte del mundo, en especial, están consustanciados con este tipo de actividad turística que allí está perfectamente implementada.
Recordamos que no fue un capricho ni un antojo el que se propuso nuestra Junta de Estudios Históricos, cuando puso en lugar prioritario de su trabajo anual 2005 bregar para que, tanto el Museo como el Archivo Histórico que allí existe, pueda ampliar sus posibilidades de atención a obereños y visitantes.
Es lamentable que en pleno Siglo XXI todavía aparezca para muchos la idea de que un Museo es como un simple baúl en el que se guardan antigüedades. Eso ya no debería caber para gente que, como la obereña, está viviendo en una ciudad culta, pero más allá de sermones que a nada llevan, sí, invitamos a que todos a que visiten el Museo y vean por sus propios ojos la riqueza que el mismo exhibe.
Queremos hacer una mención especial: conste que lo que se tiene, se conserva y se muestra, es por un amplio espíritu de vocación y trabajo de la gente que tiene que ver con él y que allí se desempeña, y que no tiene reparos en hacer cartelitos a mano, en escribir y clasificar todo a pulmón e inventar salas en tan reducido espacio.
En definitiva, creemos que ha llegado el momento de tecnificar y adecuar el Museo al nuevo tiempo cultural
Con premura sería del caso proveer al Museo de los elementos que están faltando para su desarrollo normal y solucionar con urgencia la ampliación de sus instalaciones como para que el Museo de Oberá, tan visitado por nuestros alumnos y delegaciones de toda la provincia, así como por turistas, en especial durante la Fiesta Nacional del Inmigrante, esté de acuerdo con este Oberá que queremos vivir, este Oberá en pleno progreso cultural.
Por ello, si dotamos al Museo de las comodidades que está necesitando, lo colocaremos en el lugar que le corresponde por su jerarquía y habrá un único ganador, el pueblo obereño y de la región, y lo será por dos motivos: uno, el beneficio para alumnos y concurrencia en general y otro, que contribuirá en beneficio de este Oberá, agregándole otro granito de arena a su perfil cultural que, como dijimos, apunta fuerte en el concierto provincial.

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Categorías: Columnas de Opinión
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