Interesa conocer en detalle las relaciones personales y comerciales que tenía con el vendedor. Los informes de las pericias telefónicas aún no llegaron a manos de la jueza. Estaría confirmado que la víctima es D’Amico.
El empresario cárnico de Oberá que aparece en la mira de la Justicia como sospechoso en el atroz homicidio del preventista bonaerense Nicolás D’Amico (34) sería citado en las próximas horas por la jueza de Instrucción Cinco, Selva Raquel Zuetta, para que mediante una declaración testimonial brinde datos sobre vínculos comerciales que tenía con la víctima.
El propietario del abasto que fue allanado el lunes a la noche por integrantes de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic) tendrá que responder sobre los negocios que hacía con la víctima y clarificará los puntos oscuros relacionados con la deuda cercana al medio millón de pesos que tenía con su vendedor.
Fuentes ligadas a la pesquisa indicaron que tanto su libertad, como la de su hermano y al menos un empleado de la carnicería, depende del resultado de la serie de pericias a los elementos informáticos y teléfonos que la Justicia ordenó en las últimas horas y que posiblemente la semana que viene estarían concluidas.
De todas maneras, trascendió que sigilosamente agentes encubiertos están tras los pasos del sospechoso ante una posible fuga.
Nexos frecuentes
Los investigadores llegaron al obereño porque, aparentemente, el hombre asesinado habría estado en ese sitio ubicado sobre la avenida de las Américas (casi rotonda de la ruta 14 y 103), alrededor de tres horas antes de que el auto que utilizaba apareciera incinerado con su cuerpo adentro. Según lo que se informó oficialmente, el rastreador satelital que tenía instalado el Volkswagen Bora que utilizaba el hombre calcinado informó como última ubicación el estacionamiento de ese local, el viernes, minutos después de las 20.
Eso derivó en el allanamiento en el cual se incautó una decena de teléfonos celulares de varios empleados, una notebook que intentaba ser escondida por un carnicero -que por esa actitud fue demorado y luego liberado-, como también registros que probarían la deuda que rondaría el medio millón de pesos que el empresario mantenía con el proveedor, dato que el mismo empresario habría admitido, al tiempo en que informaba que esa noche en que ocurrió el homicidio abonó una buena parte.
Los últimos avances dirigieron la hipótesis a un posible crimen por deudas, aunque todavía no se puede sostener con pruebas concretas y la Justicia espera los resultados de las pericias en los teléfonos celulares, más el detalle de los llamados que hizo el preventista, para ordenar los siguientes pasos en torno al esclarecimiento del hecho.
Otro informe que espera la jueza es del cotejo genético que determine científicamente que se trata de D’Amico, aunque los investigadores están seguros de su identidad porque en el baúl de su auto hallaron una cadenita que usaba y otros elementos lo sindican como la víctima fatal del crimen, que por estas horas conmociona a la zona Centro.
En relación a las últimas horas de D’Amico, los hombres que hacían habitualmente el reparto de carne para él declararon que el viernes bajaron mercadería en el comercio obereño y al mediodía comieron un asado con el propietario. Personas cercanas al empresario, indicaron que el viernes a la noche estuvo muy activo con su teléfono, aunque no habría ido a trabajar a su negocio, que fue atendido hasta el cierre por su actual pareja.
Al cierre de esta edición, no habían tomado ninguna medida restrictiva para el sospechoso, pero estaba la posibilidad de un allanamiento en su casa de Caá Yarí.
500 Mil pesos.
Sería la deuda que tiene el empresario de Oberá con el preventista que apareció calcinado en el baúl de su auto. La última ubicación del Volkswagen Bora fue en el estacionamiento del local del ahora sospechoso.
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