El rápido accionar de vecinos solidarios evitó que las llamas se propaguen, luego de que tres desconocidos lanzaron una bomba molotov al auto que conducía Jorge Duarte, secretario general de la CTA Misiones.
El hecho ocurrió pasadas las 21 del sábado, en el barrio Villa Stemberg de esta localidad. Duarte radicó la correspondiente denuncia policial en el destacamento del barrio Cien Hectáreas, con jurisdicción en la zona.
En diálogo con El Territorio, el dirigente relacionó el hecho con su tarea gremial y apuntó sus sospechas hacia algún sector político, al tiempo que no descartó la participación de alguna patota de sindicalistas del transporte.
Sobre el ataque al Volkswagen Gol del gremio, precisó que “un rato antes lo dejé estacionado frente a mi casa y fuimos a lo de mi hermana con mi auto a mirar el partido de River-Boca. Al rato me llamó una vecina para decir que tres tipos rompieron una ventanilla del Gol y tiraron una molotov. Por suerte los vecinos alcanzaron a tirar agua y sólo se quemó parte del interior”.
Los tres sujetos actuaron con pasamontañas y eran de contextura robusta, aportaron los testigos.
Al respecto, desde la CTA repudiaron el atentado y exigieron “la máxima celeridad para esclarecer el hecho considerado un intento más de acallar las voces de sectores de trabajadores que buscan en esta Central un espacio para organizarse y enfrentar la explotación y precarización laboral”.
A través de un comunicado de prensa, mencionaron que “desde la CTA Misiones se advierte que este atentado podría estar vinculado al conflicto de los choferes de Ucra que denunciaron la semana pasada el incumplimiento por parte de la empresa Capital del Monte de la sentencia judicial que ordena la inmediata restitución de los trabajadores despedidos ilegalmente al cumplirse un año de esa medida”.
Antecedentes de violencia
En agosto del año pasado, nueve choferes de la empresa prestataria del servicio de transporte urbano de pasajeros denunciaron que fueron víctimas de golpes y amenazas por parte de una patota organizada.
Los trabajadores del volante relacionaron el ataque con cuestiones gremiales y entre los agresores identificaron a referentes de la Unión Tranviarios Automotor (UTA).
La violencia de la patota fue tal, que uno de los agredidos sufrió traumatismo de cráneo con fractura del tabique nasal. Por ello, para garantizar la seguridad de los choferes y pasajeros, desde la Unidad Regional II se dispuso custodia policial en los coches de las líneas afectadas.
Según coincidieron las víctimas, el trasfondo de los ataques tendría que ver con que buena parte del plantel de choferes de la empresa Capital del Monte conformaron la sección local de la Unión de Conductores de la República Argentina (Ucra), nucleada en la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA).