Familiares y amigos organizaron una colecta solidaria para colaborar con Ester Frank (62), quien a fines de agosto padeció el incendio intencional de su coche que estaba en el estacionamiento del barrio Krause.
“Lloré muchísimo porque no puedo entender que haya tanta maldad. No tengo palabras para describir la impotencia que siento y el daño que me hicieron, seguramente por venganza”, lamentó.
Días antes, la mujer había denunciado a una patota por el robo de la moto de su hijo en la escalera del mismo barrio.
Más allá del trago amargo, en los últimos días se vio sorprendida por la actitud de allegados que organizaron una colecta mediante urnitas que fueron colocadas en diferentes comercios.
Al respecto, se mostró agradecida y emocionada por el gesto, aunque reconoció que difícilmente logre reunir el dinero para comprarse otro auto.
A pesar de tener problemas de salud, la mujer se mantiene con la venta de pastafrolas y con esfuerzo compró una carpa para proteger el Renault 21 que hace tres años adquirió con mucho esfuerzo, sin imaginar el triste desenlace.
En tanto, reconoció que sólo tenía seguro contra terceros porque no puede pagar una mayor cobertura. “Hago diez o doce pastafrolas por fin de semana y salía a repartir con el auto, porque tengo problemas de columna y no puedo caminar mucho”, lamentó.
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