El tarefero es buscado de manera intensa y su ex mujer continúa con pronóstico reservado. Años atrás estuvo en la cárcel por machetear a otra pareja. Lo consideran un psicópata de extrema violencia.
El referente tarefero acusado de apuñalar a su ex concubina, a pesar de la prohibición de acercamiento, ya purgó una condena en la Unidad Penal II por el delito de “lesiones graves” contra una pareja anterior.
Al cierre de esta edición, Fabián Britos (42) continuaba prófugo y era intensamente buscado, luego de que el miércoles intentara asesinar a Viviana Beatriz Leske (30) de una puñalada en el estómago.
En tanto, la víctima continúa internada en el Hospital Samic con pronóstico reservado. El cuchillazo le perforó el hígado y produjo una hemorragia interna, por lo que el mismo día del hecho fue intervenida quirúrgicamente.
Ayer a la mañana fue trasladada a terapia intermedia, pero entrada la tarde un cuadro de fiebre agravó su estado y detectaron una infección en el órgano afectado.
Por su parte, familiares de Leske expresaron su temor debido a que el acusado continúa libre y deambulando por Villa Lindstrom y zonas aledañas, según vecinos que afirmaron haberlo visto.
Víctor Wall, jefe de la Unidad Regional II, supervisó el operativo de búsqueda que se centró en San José y San Miguel, donde Britos tuvo su último domicilio registrado.
“Recibimos un llamado anónimo diciendo que lo vieron conduciendo una moto por el barrio San José y que estaría usando una camiseta de Boca. Personal de todas las dependencias de esta jurisdicción están rastrillando la zona y en las próximas horas esperamos dar con el prófugo”, señaló.
Más allá del optimismo del jefe policial, el sospechoso conoce como la palma de su mano los montes y chacras del municipio y, por su oficio de tarefero, podría estar oculto en cualquier yerbal.
Con relación a sus antecedentes, fuentes judiciales confirmaron que años atrás Britos cumplió una condena de cinco años tras atacar a machetazos a una pareja anterior, con la que tuvo tres hijos. Consecuencia del brutal ataque la víctima perdió varios dedos de una mano y quedó con secuelas física de por vida. Luego del hecho, la mujer y sus hijos se mudaron a una localidad cercana para evitar que el violento tomara represalias.
Incluso, personal de la cárcel de Oberá lo definió como “un psicópata, un tipo que no mostraba arrepentimiento por lo que había hecho”. Ahora, ante los nuevos y graves sucesos, el caso de Britos corrobora falencias del sistema carcelario para la recuperación y reinserción social y de los reos.
Cuchillo carnicero
Tal como publicó este diario en su edición de ayer, sobre el referente tarefero pesaba una exclusión de hogar y prohibición de acercamiento a la señora Leske y sus hijos por un hecho suscitado en mayo pasado en el barrio San Miguel, donde residían entonces.
Pero el hombre apenas estuvo preso una semana y fue liberado por orden de la jueza Alba Kunzmann de Gauchat, titular del Juzgado de Instrucción Uno.
A partir de ahí comenzó a hostigar a su ex pareja con mensajes de texto y llamadas, lo que derivó en una serie de denuncias, hasta que el 19 de julio irrumpió en la vivienda de los padres de la mujer, en Villa Lindstrom, portando un puñal y amenazándola de muerte.
En aquella ocasión Leske logró escapar por una ventana, aunque el violento atacó a los padres y a una cuñada de la mujer. Su madre sufrió un corte en una mano y su padre perdió un diente de una trompada, detallaron.
“Después de eso mi hermana lo denunció por lo menos dos veces más por amenazas, pero la Justicia ni la Policía hicieron nada. Tampoco nadie controló la prohibición de acercamiento, siendo que denunció que le dijo que la iba a matar. Aparte es una persona peligrosa que tiene antecedentes muy graves”, subrayó Mabel Tachile, hermana de la víctima.
El ataque del miércoles fue presenciado por dos de los hijos de la víctima, de los cuales uno está muy afectado psicológicamente, al punto que no quiere comer y sufrió varios desmayos.
Al respecto, Tachile reclamó que “hasta ahora nadie nos vino a dar una contención para las criaturas. Mi hermana tiene seis chicos que están muy mal por todo esto. Para colmo los dos más grandes (de trece y doce años) vieron cuando le hincó el cuchillo”.
Los menores contaron que Britos atacó a su ex pareja con un cuchillo tipo carnicero que tenía oculto entre sus ropas. El ataque fue corolario de una trama de violencia y sadismo que se extendió por más de una década, según contaron los chicos entre llantos.
“Ahora nos enteramos de un montón de cosas que mi hermana no contó por miedo. Durante años Britos la tuvo amenazada y le decía que le iba hacer lo mismo que le hizo a la mujer anterior, que quedó discapacitada por los machetazos que le dio. Cuando se juntaron mi hermana tenía un bebé de nueve meses, el que ahora tiene trece años, y después tuvieron cinco hijos. Al que más le maltrataba era al que no es su propio hijo, pero también les pegaba a los otros. Ellos ahora cuentan que les agarraba del cuello y les levantaba, les pegaba con la hebilla del cinto y otras barbaridades”, relató Tachile.
Con premeditación
Para las autoridades no hay dudas de la autoría del hecho, puesto que la víctima y sus hijos identificaron al agresor. El hecho ocurrió el miércoles, alrededor de las 19, cuando Leske se dirigió hasta la plaza del barrio 70 Viviendas, donde su hijo mayor estaba jugando a la pelota con amigos.
Britos la aguardaba en las inmediaciones y cuando observó que la mujer llegaba se acercó al menor que jugaba a la pelota y lo tomó de un brazo. Al ver a su hijo en manos del violento accedió a charlar y se acercó. El sujeto le dijo que sentara en un banco de la plaza y se paró delante de ella. La escena también fue observaba por otro hijo de la víctima, quien la había acompañado a buscar a su hermano a la plaza.
“Le dijo por qué me denunciaste, si no querés estar conmigo no vas a estar con nadie. Le pegó con una mano y con la otra le hincó. Salió corriendo y mi mamá se agarraba la panza”, detalló el nene de trece años.
Con graves antecedentes
Por los antecedentes de violencia de género, el ataque de Fabián Britos a su ex concubina tuvo una amplia repercusión en los medios locales y provinciales. Consultado al respecto, el juez de Familia de Oberá, José Gabriel Moreira, señaló que en dos ocasiones dictó la exclusión de hogar y prohibición de acercamiento del acusado. La primera medida fue ordenada el año pasado y la segunda en marzo último.
“Es un psicópata y, por sus antecedentes, no tendría que salir más en libertad. Pero esa decisión es responsabilidad de la Justicia Penal”, aclaró. En tanto, tras el hecho del último miércoles, el magistrado amplió la prohibición de acercamiento a la víctima y sus familiares.
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