Nosotros en algún momento nos consideramos periodistas editorialistas y para elaborar en nuestro caso la nota semanal tocamos temas que consideramos de utilidad para nuestros lectores aunque para ello debimos aprovechar como producto de nuestra búsqueda investigativa desde las opiniones más autorizadas, las respuestas que nos diera la experiencia cultural de vida y, tal vez lo más determinante, el humor colectivo sobre el tema, hoy, no sin un dejo de nostalgia advertimos que el mundo va girando y en su giro procediendo con la celeridad que le impone la informática – valiosa herramienta que alcanza a todos en todas partes y en ese torbellino diario va quedando menos tiempos (siempre refiriéndonos al periodismo) para ocuparnos de periodismo de investigación, o, al menos, que cumpla con su rol anterior, dando paso –por las exigencias del mercado editorial- a que aquello de “un perro mordió a un hombre” sea reemplazado por “un hombre mordió a un perro” ¿infantil, no? pero para que utilizar ejemplos más crudos, que los hay y muchos en estos tiempos en que se implora unión y fraternidad- aspiraciones imprescindibles para una supervivencia, así como para un desarrollo- y se da con el hacha de la violencia- en sus distintas versiones y en distintos cotos mundiales- y, por otra parte, entendemos que hay que saber adaptarse al nuevo ritmo en el cual todo se pretende con premura por lo que se vive el día a día, y, por necesidad y como para hacerlo más fácil, borrar el ayer, y el mañana “ya llegará”.
Y como no sabemos si ese dejo de nostalgia del que hablamos más arriba y estos últimos renglones son actitudes justificables a esta altura de los tiempos y, lo que es más acuciante, resolver que haremos con nuestra nota editorial, se nos ocurre que bien vale que nos pongamos a escarbar para atrás y como para ratificar aquello de “que en todos los tiempos se presentan dilemas”, veamos como resolvió Sócrates (- 470 a -409) el dilema de vida o muerte en -399 poco después de la restauración de la constitución democrática , el ciudadano Anitos hizo acusar a Sócrates de pervertir a la juventud. El tribunal popular de los Heliastas lo condenó a beber la cicuta)
La denuncia: Sócrates es culpable por averiguar indiscretamente lo que acontece en la tierra y en los cielos; por hacer triunfar la mala causa; por enseñar a otros a hacer lo que él hace…
La respuesta: “Admitamos que vosotros me hablaseis del siguiente modo: “Sócrates, no queremos dar crédito a Anitos; te vamos a declarar inculpable, pero con una condición: que no volverás a emplear tu tiempo en examinar, cual has hecho hasta ahora, a las gentes, ni a filosofar. De otro modo morirás”. Pues bien, jueces, si tratases de imponerme esa condición yo os replicaría: Atenienses, muy reconocido estoy y mucho os estimo, pero antes obedeceré al dios que a vosotros. Mientras me quede, pues, un soplo de vida, mientras sea capaz de ello, estad seguros que no cesaré de filosofar, de exhortaros y de hacer reflexionar a todo aquel de vosotros que se cruce en mi camino… Joven o viejo, sea como sea aquel a quien encuentre, extranjero o ciudadano, obraré con él de este modo, y muy especialmente con vosotros, atenienses, ya que estoy más cerca de vosotros por la sangre… tan solo una cosa os pido: cuando mis hijos sean ya hombres, atenienses, castigadles, castigadles atormentándoles como yo os atormentaba a vosotros en cuanto creáis advertir que se preocupan del dinero o de cualquier cosa que no sea la virtud y si se atribuyen méritos que no tienen… reprochadles por desdeñar lo esencial y atribuirse aquello que no les corresponde. Si de tal modo obráis, seréis justos no solo con mis hijos, sino conmigo. Mas la hora es llegada de marcharnos: yo a morir; vosotros, a continuar vuestra vida. De vuestra suerte y la mía ¿cuál es la mejor? (Platón, Diálogos. Apología de Sócrates).
Es evidente, una respuesta en que justicia y virtud democrática se dan la mano.
Rumbo a los 90
Cedemos nuevamente espacios de opinión para ubicar en él noticias vivas de esos tiempos que retratáramos en los primeros números de Pregón Misionero (año 1966)
Economía
13 de agosto de 1966
Telegrama dirigido al presidente de la Nación- Teniente General Juan Carlos Onganía- Casa de Gobierno- Buenos Aires.
“En representación auténticos colonos nucleados esta entidad solicitamos respetuosamente disponer integral vigencia Superior Decreto 1922 año 1966 que prohibió cosecha de yerba zafra 1966. El tremendo y ejemplar sacrificio de no cosechar este año fue propiciado por virtual totalidad plantadores en un esfuerzo patriótico tendiente al reordenamiento economía yerbatera provincial profundamente distorsionada por acumulación innecesaria grandes disponibilidades de materia prima sin posibilidad absorción inmediata.
Conceptúese derogación inmediata dicho decreto beneficiaría exclusivamente quienes se encuentran capitalizados y preparados para tal emergencia. Asimismo aludida derogación desvirtuaría sanos objetivos previstos y generalizará lógico pesimismo zonal entre miles productores que alientan esperanza encontrar solución los graves problemas que afectan esta actividad típica regional. Saludamos vuestra Excelencia distinguida consideración. Rolf E. Lillieskold Presidente Cooperativa Agríc. Ltda. Oberá.
Cultura
20 de agosto de 1966
Conferencia del doctor Orlando Gil Navarro
“Exactamente a las 19,15 ante un salón municipal totalmente colmado y con numeroso público que debió quedarse en las afueras por no tener lugar, inició el Dr. Gil Navarro la conferencia que, sobre el general San Martín se había programado. La presentación del orador estuvo a cargo del escribano Sr. Suárez Holze quien en muy acertada forma cedió al disertante la palabra para que de “una clase más a sus viejos alumnos”.
La palabra del Dr. Gil Navarro fue seguida con extraordinaria atención, destacándose en su oratoria los ribetes literarios poéticos que lo caracterizan. En suma un acto de cultura que recibió el aporte decisivo de la ciudad representada en todos sus sectores.”
Blancura en forma de nieve
P.M. 20 de agosto de 1966
“¡Hace un año!
Sorprendente, maravilloso espectáculo nos ha ofrecido la naturaleza en esta localidad de Oberá el 20 de agosto de 1965, todos, grandes y chicos hemos quedado emocionados ante tanta belleza, blancura inmaculada que cubría tal sábanas los amplios céspedes de jardines y campiñas todo fue como un milagro de Dios, sus copos se derramaban sobre esta zona, hacían bien descriptibles las simpáticas reacciones de todos, en los colegios era día (de fiesta y regocijo, cada cual se sentía en otros países de la lejana Europa. Muchos con nostalgias rememorando sus tiempos allá por sus tierras natales, me refiero a los extranjeros, que años atrás han venido a estos lares a forjarse un porvenir, pensando tal vez que nunca más verían una nevada. Se observaba a jóvenes de la secundaria, profesores, maestros, sentirse nuevamente niños, jugando con la nieve, imitando lo que nos cuentan o vemos en películas, también algunos mostraron sus habilidades formando lindos y curiosos muñecos, aprovechando los mismos hasta para hacer propaganda de sus productos. Los fotógrafos recorrían calles y barrios, para captar lo mejor de todo y retenerlo como recuerdo de tantos espectáculos hermosos, pues tal vez pasarán los años para que esto vuelva a repetirse.
Los árboles parecían florecer en blancos capullos perdiéndose su verde de distintos matices, las ramas débiles se doblaban ante el peso desconocido de su carga. Fueron cinco horas inexplicables para quienes no conocíamos una nevada, era como un sueño, del cual parecía no despertar, no se cansaba nadie de mirar esta maravilla. Los zapatos y sobretodos blanqueaban en sus partes primordiales, sombrillas y paraguas, las primeras en distintos colores y los segundos en su negro azabache terminaban mostrándonos figuras y dibujos caprichosos, los automóviles tenían su estructura adornada tal vez como única ocasión, los parabrisas eran pequeños miradores a través de tanta nieve acumulada.
Estas son, entre otras, las impresiones que han quedado a todos, al tener la dicha de poder admirar un panorama cubierto de nieve”.
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